En los tiempos históricos, la vida en las Grandes Llanuras aparece íntimamente relacionada con la caza del bisonte. Su persecución obligaba al nomadismo y éste excluía el empleo de casas, cerámica y la mayoría de los objetos característicos de la vida sedentaria. De aquí la escasez de restos con que el arqueólogo tropieza para reconstruir su historia. De todas formas parece ser que la caza del bisonte tuvo especial desarrollo a raíz de la introducción del caballo en América. Con anterioridad a dicha época el habitante de las Llanuras bajas vivió principalmente a lo largo de las corrientes de agua, donde poseía una agricultura y una civilización parecidas a las del Valle del Misisipí.