(1810-48). Sacerdote y filósofo español, nacido en Vich (Barcelona), muerto en Barcelona. Cursó los estudios en su ciudad natal y en la Universidad de Cervera. Hombre de sólida formación, desarrolló a lo largo de su corta vida una prodigiosa actividad en el campo de la especulación filosófica, del periodismo y de la política. Fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al final de su vida su fama había trascendido las fronteras de la nación española y el Papa pensaba nombrarle cardenal.
Su actitud política fue la de un conservador equilibrado, con plena conciencia de los problemas y la realidad española de su momento histórico. Su doctrina política encontró cauce en El Pensamiento de la Nación, periódico que fundó y redactó casi por entero.
Entre sus obras destacan: El Protestantismo comparado con el Catolicismo (1842-44), El criterio (1845) y La filosofía fundamental (1846). La primera es una respuesta a las ideas contenidas en la Historia de la civilización en Europa, de Guizot. Balmes hace en ella una encendida defensa del Catolicismo, afirmando su superioridad frente al Protestantismo en el aspecto social, religioso, político e incluso intelectual. La tesis básica de la obra es que el Protestantismo no sólo no ha hecho progresar las formas de civilización europeas sino que más bien las ha entorpecido y que la salvación de la sociedad se halla en la Iglesia Católica. Hay que reconocer que sus argumentos son más sociológicos que propiamente teológicos.
La filosofía fundamental trata del problema de la certeza, que para Balmes proviene de tres fuentes: la conciencia, la evidencia y el sentido común. La base de la filosofía de Balmes es esencialmente tomista, pero vertebrada con ideas y puntos de vista de los metafísicos europeos de los siglos xvii y xviii, especialmente Leibniz y Descartes, aunque sin acoger ninguna de las aportaciones kantianas. Pero quizás la influencia más interesante —desde el punto de vista de la. historia de la filosofía española— sea la de la escuela escocesa del «sentido común». Esta influencia se revela muy notoria en su obra más famosa, El criterio, escrita para enseñar a «bien pensar». Está redactada en un estilo claro y sencillo, al alcance de todas las inteligencias. A «pensar bien» deben colaborar todas las facultades del hombre: no sólo la inteligencia, sino además la voluntad y la imaginación. Y de ahí deriva una ética que se traduce en bondad y armonía de vida. En esta obra y en el pensamiento de Balmes en general es difícil separar el campo de lo puramente teórico y de lo práctico, que se interfieren continuamente. Pero ésto no puede ser una objeción a sus sistema de ideas y a su pensamiento. La identificación «verdad-bondad» aparece en la base de su sistema como un supuesto fundamental. Las obras de Balmes han sido editadas en 33 volúmenes (Barcelona, 1925-27) por el P. Ignacio Casanovas, S. I.
