Dios filisteo, cuyo templo se hallaba en Ekron; en la Biblia, «príncipe de los demonios». Según una versión su nombre significa «el regidor de las moscas», de donde quizá su misión de concentrar y dispersar las plagas. Otra versión, basada en la etimología de la palabra (bejel, señor, y zebal, mansión), nos lo presenta como «señor de la mansión» (entendiéndose por ésta la satánica) para terminar atribuyendo el nombre al mismo Satanás. En el Paraíso Perdido de John Milton figura el segundo en la jerarquía demoniaca, después de Satanás. Véase Baal; Demonio.