«La diosa buena». Deidad romana de la fecundidad en la tierra y en la mujer, conocida al principio como Fauna, el complemento femenino de Fauno. Era adorada únicamente por las mujeres, que le rendían culto como divinidad casta y profética. Su santuario era una gruta de la colina Aventina, en Roma. Todos los años se celebraban dos festivales en su honor, uno el día 1 de mayo en el Aventino y otro a primeros de diciembre en la residencia del cónsul o pretor. Los ritos corrían a cargo de las vestales de familia distinguida y durante ellos no se permitía la asistencia de ningún hombre.