Libro de poemas (Madrid, 1905) del nicaragüense Rubén Darío, en el que el poeta cosmopolita, reflejando la angustia que en él produjo la guerra entre Estados Unidos y la Madre Patria, hace una confesión pública de hispanidad. Así, en «A Roosevelt», cuando se pregunta si en esa América, «que aún reza a Jesucristo y aún habla en español», donde «hay mil cachorros sueltos del león español», se va a imponer la barbarie sajona: «¿Seremos entregados a esos bárbaros fieros?» «¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?». O cuando saluda: «¡Inclitas razas ubérrimas, sangre de His-pania fecunda!».
A lo largo de la obra hace el poeta un verdadero alarde de innovaciones métricas, como cuando, buscando sonoridades nuevas, recurre al empleo de los pies latinos: el anfíbraco, formado por una sílaba larga entre dos breves (u-u), como «¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines», y el dáctilo, constituido por una sílaba larga y dos breves (—uu), como «¡Inclitas razas ubérrimas...!».
Destacan en el precioso volumen las composiciones «Marcha Triunfal», «Canción de otoño en primavera», «Salutación del optimista», «La canción de los pinos», «A Roosevelt», «Los Cisnes», «A Goya», «Un soneto a Cervantes», «Letanía de Nuestro Señor Don Quijote», «Salutación a Leonardo».