(Thascius Caecilius Cyprianus, 200?-258). Obispo y mártir cristiano, nacido en el N de África, de familia pudiente. Tras estudiar Derecho se distinguió como maestro de retórica en Cartago. Pagano hasta 246, se convirtió al Cristianismo por la intervención de Ceciliano, sacerdote de edad provecta, con cuya familia vivió después de vender todos sus bienes. Famoso como orador y administrador, fue ordenado sacerdote (247) y consagrado obispo de Cartago (248). Cuando el emperador romano Decio abolió en 249 el culto cristiano, Cipriano se retiró a escribir algunos de sus famosos tratados. De regreso a Cartago en 251, celebró siete concilios con los jefes de las facciones cristianas disidentes, con lo que evitó el cisma y reforzó la situación de la Iglesia en el N de África. Defendió siempre la preeminencia de la Silla de Pedro como puntal de la unidad de la Iglesia. En 257, frente a la persecución de los cristianos por Valerio, dio pruebas de entereza al negarse a apostatar. En consecuencia, fue desterrado a Curubis, de donde fue reclamado en 258. Poco después era llevado ante el cónsul romano, sometido a severo interrogatorio y condenado a muerte. Fue decapitado al día siguiente. Figura entre los grandes latinistas cristianos. Su obra más conocida es De unitate catholicae ecclesiae, en que afirma el principio fundamental de la unidad de la Iglesia. Sus Ad donation, De opere et eleemosynis y Cartas son importantes para el estudio del Derecho e Historia eclesiásticos. Su fiesta se celebra el 16 de setiembre.