Si se tiene presente la gran extensión del Brasil (casi la de Europa), el clima brasileño puede considerarse uniforme, al menos en lo relativo a las temperaturas. Sin embargo se forman diferentes regiones climáticas como consecuencia de la actuación de diversos factores: gran extensión en latitud (cerca de 39 °C), variaciones en la altitud, proximidad o alejamiento del océano, aunque la influencia marina es siempre bastante intensa e impide la formación de áreas desérticas, influencia de las corrientes marinas y aéreas, etc.
La disposición de las zonas termométricas no es, como en Africa, paralela a las líneas latitudinales, sino más complicada por la influencia del relieve y la proximidad al mar. La media térmica anual no varía mucho con la latitud, pero sí en cambio las oscilaciones térmicas anuales y diurnas, que de sólo 1 °C en la zona ecuatorial pasan a 5 °C a los 20° de latitud y hasta 10 °C en las latitudes más meridionales (30°). Las diferencias anuales determinan la existencia de estaciones cálidas y frías. La altitud ejerce una acción sobre la temperatura y como la mayor parte de la meseta se encuentra a 600-1000 m de altura sobre el nivel del mar, existe una disminución de 4 a 5 °C en relación con el litoral; por otra parte, la proximidad de la meseta al mar ha permitido surgir cerca del litoral ciudades de clima suave, como Petrópolis, Friburgo, Teresópolis, etc., que atraen en verano a la gente acomodada de las grandes ciudades. Otro factor que influye en la temperatura es la composición del suelo, por el más rápido calentamiento de los suelos calizos que los graníticos y, sobre todo, que los arcillosos. Los Andes representan un obstáculo al paso de los vientos del Pacífico y son, por tanto, las corrientes aéreas del Atlántico las que provocan las precipitaciones, que forman en las montañas próximas a dicho mar las clásicas lluvias de altitud. El centro de bajas presiones (ciclónico) de la cuenca amazónica atrae a los vientos marinos de las regiones anticiclónicas del Atlántico, en especial en verano, que es cuando las diferencias de presión son más fuertes. La zona próxima al Ecuador queda bajo la acción de los alisios: del NE en el hemisferio N y del SE en el hemisferio S. Del S de América llega la influencia de algunos vientos fríos («pampeiros» y «minuanos»), que avanzan por el N hasta el estado de Sao Paulo. En el interior (Mato Grosso, Acre, etc.) son frecuentes en invierno vientos fríos, denominados «friagen», que hacen descender bruscamente la temperatura y producen lluvias y nieblas.
La zona climática ecuatorial alcanza una gran amplitud, pues afecta al área de mayor anchura del Brasil y se abre además en forma de abanico al avanzar hacia el O hasta la misma base de los Andes. Temperatura elevada y uniforme y lluvias todo el año, con dos máximos con motivo del paso del Sol por el ecuador, son las dos características esenciales, que se manifiestan con toda exactitud en la zona amazónica, pero sufren ligeras modificaciones en la del litoral, donde la extensión del clima ecuatorial es reducida, pues todo el NE presenta una anormalidad climática, ya que, pese a su latitud, es la región más seca, más continental y más irregular de todo el país. No es un desierto de sequía constante, pero tiene oscilaciones de humedad muy grandes de unos años a otros. En esta región nordestina hay dos estaciones claramente marcadas por las diferencias de precipitaciones y su influencia en la vegetación, pero la temperatura en cambio sufre poca oscilación anual.
El clima ecuatorial costero se extiende desde Reci-fe hasta Rio Grande do Sul, aunque sólo afecta a una faja litoral de unos centenares de km. Debería producirse una zona de climas secos hacia el Trópico de Capricornio, pero no resulta así, en gran parte por la influencia de los vientos procedentes del Pacífico, que atraviesan los Andes en la latitud de Buenos Aires y con dirección SO llegan a esta región meridional del Brasil a la que aportan lluvias. Las estaciones de invierno y verano aparecen delimitadas y las precipitaciones son siempre fuertes hasta el punto de que en Serra do Mar llegan a 6000 mm anuales.
El interior de la Meseta brasileña, por su altitud y alejamiento del mar, presenta Ui clima de cierta continentalidad, con una estación fría y seca de mayo a octubre y otra cálida y húmeda de diciembre hasta abril.
Los profesores brasileños Enrique Morize y Delgado de Carvalho, basándose en los factores de latitud, altitud y humedad, distinguen en Brasil tres tipos climáticos, con varias subdivisiones cada uno: Clima ecuatorial, que comprende las regiones amazónicas y nordestinas; la media anual es de unos 25 °C, con pequeñas oscilaciones. Las lluvias, muy variables, dan lugar a dos subdivisiones: superhúmedo y semiárido.
Clima tropical, que comprende el litoral, las mesetas orientales y las regiones de Goiás y Mato Grosso; la media anual oscila de 20 a 25 °C y existen dos estaciones: una cálida y húmeda y otra fresca y seca. Tiene dos variantes: semihúmedo marino y semihúmedo de altitud, provocadas por la mayor o menor proximidad al mar y por las diferencias de altitud.
Clima templado, extendido por todo el Brasil meridional: S de Minas Gerais y estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Media anual inferior a 20 °C, oscilación térmica anual de unos 1Q C° y lluvias de verano, que en la costa se prolongan todo el año, lo que da lugar a una variante de clima superhúmedo marino; otras dos subdivisiones del clima templado son: el semihúmedo por altitud y el semihúmedo por latitud.
La zona de máximas precipitaciones del Brasil se corresponde con toda la cuenca amazónica y la región litoral central, con medias anuales de 1900 e incluso de 2500 mm. El NE recibe lluvias muy inferiores (660 mm en adelante) y es por tanto semiárido con una reducida zona de clima muy seco (250 a 600 mm), que corresponde a las comarcas interiores de esa región. Las nevadas suelen ser muy raras en Brasil (sólo algunas en las zonas montañosas del extremo sur), pero, en cambio, las heladas son algo más frecuentes y causan graves perjuicios en una vegetación eminentemente tropical. Ciclones y tornados, afortunadamente para, el país, son excepcionales.
Las diferencias climáticas, representadas por la temperatura y la humedad, producen en Brasil épocas de recolección agrícola muy diferentes según la latitud; así el algodón se cosecha de abril a junio en los estados meridionales (Sao Paulo y Paraná), mientras en los del NE se hace en julio-noviembre; similares variaciones existen en otros productos, como el café, mijo y tabaco. Esas diferencias en épocas de máximo trabajo determinan migraciones regionales de cierta importancia.
