Las coníferas son plantas perennes que pertenecen al grupo más grande de las gimnospermas. Se caracterizan por ser árboles y arbustos, con más de 40 géneros y 500 especies identificadas, mayormente en el hemisferio norte. Estas plantas forman extensos bosques que alcanzan grandes alturas y se adaptan a diferentes condiciones climáticas. Sus árboles suelen tener troncos rectos y numerosas ramas laterales, creciendo hasta el límite de la vegetación arbórea en muchas regiones.
Se han identificado más de 40 géneros y 500 especies, distribuidas predominantemente en el hemisferio norte.
Las coníferas forman grandes bosques que se extienden a menudo en altitud hasta el límite de la vegetación arbórea. Muchas de sus especies son árboles de alto porte, tronco recto y numerosas ramas laterales.
Los troncos son en gran parte de estructura secundaria y presentan anillos de crecimiento anual muy visibles y corteza muy desarrollada.
La madera de las coníferas, a diferencia de la de los árboles de hojas anchas o la de las angiospermas, carece de vasos y se compone en gran parte de traqueidas, bolsas especializadas en la conducción del agua.
A menudo las células traqueales se unen para formar series de tubos sin solución de continuidad y la madera se llena de conductos resinosos.
Las flores son unisexuales: unas, estaminíferas o masculinas, y otras, pistiladas o femeninas. Las primeras nacen en espigas y las segundas en conos o piñas formadas por un conjunto de carpelos.
Estos se transforman frecuentemente al madurar, en escamas lignificadas que albergan las semillas. Las coníferas pueden ser monoecias o diecias.
Su ciclo reproductor, especialmente el de algunos pinos, abarca más de dos años, ya que puede transcurrir mucho tiempo desde la polinización a la fertilización. Un tubo polinífero transporta en ellas los anterozoides, incapaces de moverse por sí mismos. Los embriones pueden contener dos o múltiples cotiledones. Véase Cotiledón.
Las coníferas se encuentran entre las plantas más útiles. Son importantes como árboles forestales, pues proporcionan madera, pulpa de madera y sustancias industriales (resina, trementina, terpentina).
Desempeñan asimismo un gran papel en la conservación del terreno, evitando su erosión. Muchas especies, representadas por formas hortícolas, son muy conocidas como plantas ornamentales interiores y exteriores.
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