Contracto y contracta son participios irregulares del verbo contraer que se utilizan para referirse a algo que ha sido contraído o encogido. En el contexto antiguo, contracto también se empleaba como una variante en desuso de la palabra "contrato". Por lo tanto, estas palabras hacen alusión a la acción de reducir algo en tamaño o extensión, así como a acuerdos formales entre partes.