(1668-1733). Compositor y músico francés, nacido en París. Fue el miembro más sobresaliente de una familia francesa consagrada a la música durante más de 200 años. Al morir su padre, heredó de él, cuando apenas contaba 11 años, el puesto de organista de San Gervasio. Habiendo estudiado música con su padre y después con su tío y con el eminente polifonista Jacques Thomelin, asumió prácticamente sus funciones en 1685 (o a comienzos de 1686) a la edad de 18 años, siendo éste el primero de los varios cargos importantes que obtuvo.
Disfrutó del favor especial de Luis XIV, quien en 1693 le nombró sucesor de Thomelin como uno de los cuatro organistes du roi. Desde entonces no sólo fue organista, sino que escribió nueva música para ser interpretada bajo su dirección en la Capilla Real. Ello sin mengua de ser uno de los organistas más notables de su época. En 1696 recibió un título de nobleza y pocos años más tarde fue nombrado caballero de la Orden Luterana. A partir de 1694 tuvo a su cargo la enseñanza musical de los infantes, privilegio que conservó hasta después de fallecer el Rey en 1715. En 1701 parece que corrían prácticamente a su cargo todos los asuntos musicales de la corte y en 1710 era una figura nacional, conocida por el sobrenombre de le Grand. En 1717 le fue conferido finalmente el título adecuado a todos los puestos que había ostentado.
Aunque escribió gran cantidad de música de cámara de primera calidad, así como también numerosas canciones y piezas para órgano, es conocido principalmente por sus obras para clave, las mejores de las cuales fueron publicadas con su propio nombre como editor bajo el título de Pièces de Clavecin (cuatro libros, 1713, 1716-17, 1722 y 1730); la edición moderna más exacta de su obra es la de Brahms y Chrysander, que apareció en 1888 y siguió imprimiéndose posteriormente. Además de ser magníficas estas piezas musicales, dispuestas no en «suites» sino en 27 «órdenes», tienen una singular importancia histórica.
Contra la práctica usual de hacer las menores anotaciones posibles a fin de permitir mayor libertad de interpretación al ejecutante, Couperin imprimió su música con las anotaciones necesarias para que se interpretara como él deseaba y llegó al extremo de indicar hasta los adornos. Además escribió un manual sobre la manera de tocar el clave o cualquier otro instrumento de «tecla». L'art de toucher le clavecin (1717) es quizás el primer «método» de su clase y proporcionó enseñanzas que han seguido aplicándose siglos después lo mismo que en su época. Aunque aquel método se refería al clave, las observaciones contenidas en él se aplicaron igualmente al piano. De igual modo la música que escribiera para clave resultó ideal ejecutada adecuadamente al piano. Sus Pieces de Clavecín, si bien son descriptivas a menudo, pertenecen al tipo de «música pura». Con gran economía de medios, prueba en sí misma de su genio, legó a la posteridad una nutrida colección de delicadas miniaturas que justifican su título de «el Grande».
