Jiménez Asúa entiende que el Derecho penal es ciencia de los valores y la criminología, ciencia causal explicativa. Ambas contemplan el mismo fenómeno, pero, como antes se dijo, desde distinto ángulo de visión. El Derecho penal estudia el delito como una acción u omisión humana culpable, típicamente antijurídica y punible, y la criminología lo estudia como un producto causal de predisposición hereditaria y medio ambiente. Es indudable que, aun siendo al legislador a quien corresponde construir los códigos penales y dentro de ellos la tipificación de las conductas delictivas, la colaboración que el criminólogo ha de prestar al jurista ha de ser o es ya valiosísima y eficaz. Así, en el proyecto de reforma del Código penal vigente en Alemania occidental, publicado en 1958, han colaborado médicos y psicólogos; incluso algunos criminólogos modernos opinan que el antiguo derecho de castigar debe remplazarse por el problema práctico de protección en el doble sentido de protección a la gente honesta contra los malhechores y de protección a las personas biológicamente taradas o deformadas por influencias meso-lógicas desgraciadas, que están expuestas a un desarrollo criminal.