Origen de la palabra: (del latín chrisma, y éste del gr.; de ungir.)
amb. Aceite y bálsamo mezclados que consagran los obispos el Jueves Santo para ungir a los que reciben los sacramentos del bautismo, confirmación y orden. Romper la crisma a uno. fr. fig. y fam. Descalabrar, herir a uno en la cabeza.