Una de las varías serpientes corredoras comunes en América del Norte. Las culebras negras adultas, generalmente, son de este color con una mancha blanca en la parte inferior del cuello y del mentón. Los ojos son grandes, la región del cuello ligeramente estrechada y las escamas lisas. Los ejemplares maduros miden de ordinario entre 1,30 y 2 m de longitud. Los jóvenes son de color gris pálido con manchas pardas sobre el dorso; la cabeza y el cuello están moteados de negro y los costados son blancos. La culebra negra (Coluber constrictor) habita la región oriental de los Estados Unidos. También se encuentra en Texas y en unos pocos estados del oeste. Erróneamente se la considera como un animal de mal talante, peleón y capaz de hipnotizar a sus presas. Verdaderamente se mueven a gran velocidad y, por lo general, tratan de evitar a los animales grandes. No esquivan la lucha si la huida les es imposible, pero su mordedura no es venenosa, así como tampoco son constrictoras, tal como indica su nombre científico. Se alimentan de otras serpientes más pequeñas, sapos, ranas y ratones, a los que tragan vivos. Por lo general viven en regiones áridas, en zonas descubiertas bordeadas de árboles, arbustos o matorrales, que constituyen el hábitat de los animales que les sirven de alimento. En tales áreas, también les es fácil escapar de sus enemigos. Ponen los huevos en junio o julio, por lo general bajo las piedras, entre materias vegetales o en la tierra blanda. Los huevos aumentan de tamaño durante el periodo de incubación que dura aproximadamente un mes. Los recién nacidos miden de 20 a 30 cm de longitud. Otras de las llamadas serpientes negras son las serpientes piloto o culebra negra de las montañas, bien conocidas en el E de Norteamérica, y la culebra negra de Florida (Coluber constrictor priapus). La piloto se confunde frecuentemente con la culebra negra. Tiene escamas de aspecto muy pulido y puede alcanzar 1,30 de longitud.
