Arabia Saudita es una monarquía absoluta (es decir, que el rey concentra toda la autoridad, teniendo bajo su control el poder legislativo, ejecutivo y judicial) apoyada en la ley coránica. Arabia Saudita sigue siendo el único país musulmán que jamás ha celebrado unas elecciones. No existen los partidos políticos.
Se divide en dos virreinatos: Néyed y Héyaz, con dos capitales, Riyad y La Meca. El Consejo de Ministros, constituido en 1953, es responsable ante el Rey. Existe también una Asamblea Legislativa Consultiva que se reúne en La Meca y consejos municipales en las principales poblaciones y pueblos, así como consejos de tribus. La ley coránica, administrada por tribunales religiosos, es la fundamental en la Arabia Saudita.