Una imprecación es una expresión cargada de malos deseos hacia alguien, con la intención de causarle daño o desgracia. Es una forma de maldición o invocación de un castigo manifestada a través de palabras llenas de odio, enojo o resentimiento. En el ámbito retórico, esta figura literaria se emplea para enfatizar sentimientos intensos o emociones fuertes mediante la expresión de deseos negativos o maldiciones. Se utiliza para dar fuerza y dramatismo a un discurso o texto, generando impacto en el receptor.
s. f. Exclamación con que se expresa el deseo de que alguien reciba un daño o sufra un mal; acción y resultado de imprecar.
En esta acepción, una imprecación se refiere a una expresión verbal cargada de malos deseos hacia otra persona, con la intención de causarle daño o desgracia.
Es una forma de maldición o invocación de un castigo sobre alguien, manifestada a través de palabras cargadas de odio, enojo o resentimiento.
Ejemplos de uso: "El hombre soltó una imprecación de las más violentas en el lenguaje español".
"los huelguistas proferían imprecaciones".
"gritó imprecaciones".
"la imprecación es la expresión vehemente del mal que se invoca contra alguien".
ret. Figura retórica que utiliza este tipo de exclamaciones.
En el ámbito retórico, una imprecación se emplea como figura literaria para enfatizar un sentimiento intenso o una emoción fuerte a través de la expresión de deseos negativos o maldiciones. Se utiliza para dar fuerza y dramatismo a un discurso o texto, generando impacto en el receptor.
Ejemplos de uso: "Gritó imprecaciones contra el cielo oscuro, pidiendo justicia divina por la injusticia que había presenciado".
"La imprecación es la expresión vehemente del mal que se invoca contra alguien, utilizada en la poesía para transmitir pasión y furia en las palabras".
Etimología u origen de la palabra imprecación: proviene del latín imprecatio, -ōnis.
• « La imprecación del sacerdote en la ceremonia religiosa dejaba un eco en el alma de los fieles. »
• « Cuando todo se ha probado, y el destino no cambia, no hay lugar para la imprecación amarga, no hay más que inclinarse y callar. Pero escucha: si un día me llamara, acudiría; si un día llegara a mí, no lo rechazaría. O quizás podrías ser tú quien me llame en el tiempo..... Yo vendría. Pon tu mano en la mía un momento más. »
