No se conoce con certeza el origen de estos astros, pero se cree que son miembros del Sistema solar. Algunos astrónomos, antiguos y modernos han supuesto la existencia de una nube de cometas más allá de los grandes planetas y que nosotros sólo podemos ver uno de cada cien mil de los existentes y aun ello a causa de alguna desviación orbital rarísima. El material de la cola de los cometas se pierde gradualmente; el de la cabeza, sólido, pero poco compacto, puede desintegrarse después de varios viajes alrededor del Sol. Las partículas y fragmentos resultantes son origen de las grandes lluvias de las estrellas fugaces y lluvias de estrellas. Véase Meteoro y meteorito, Lluvia de estrellas.