a la hermandad inglesa de los prerrafaelistas, perseguía el propósito de resucitar la religión en el arte. El jefe «nazareno», Johann Friedrich Overbeck (1789-1869), basaba su credo artístico en un énfasis del contorno y forma y la subordinación del color. De sus discípulos, Peter von Cornelius (1783-1867) fue el más famoso. La pintura alemana siguió después, como el arte francés, las fases artísticas del Romanticismo, Realismo e Impresionismo, pero la nación no produjo artistas que contribuyeran con notables innovaciones a las distintas escuelas. Sólo el romántico Arnold Boecklin (1827-1901) destaca ligeramente en la general mediocridad de los pintores.
Fue durante el movimiento expresionista del siglo xx cuando Alemania ofreció de nuevo contribuciones artísticas importantes, sobre todo en la pintura. Emil Nolde (1867-1956) destacó por su intento de pintar la esencia subjetiva de las cosas. Más tarde la Escuela de la Nueva Objetividad, cuyos trabajos fueron condenados en su mayor parte por el régimen nazi como degenerados, se formó principalmente bajo la dirección de George Grosz (1878-1959).
Max Ernst (1891-1976) es el principal exponente alemán del surrealismo.