Pese a ser asiento de la capital de España y urbe la más populosa de la nación, Madrid, y de alguna que otra población importante, como Santander, Castilla es eminentemente rural, está poco habitada en las zonas montañosas (el Campo de Calatrava y la Sierra de Guadarrama arrojan las cifras mayores) y sus capitales no pasan de ser pequeñas comunidades. La llanura, con una densidad demográfica mucho más elevada, presenta dos zonas de poblamien-to claramente definidas: la norteña, con localidades pequeñas, pero próximas, en que predomina el minifundio; y la meridional, que tiene poblaciones mayores, pero mucho más distanciadas y es típicamente latifundista, sobre todo en la cuenca del Guadiana. Respecto a las comunicaciones, no está servida Castilla con arreglo a su importancia estratégica; verdad es que la cruzan carreteras y líneas férreas de primer orden, pero no es menos cierto que para tan grande extensión sería menester mayor número de ellas. Las vías acuáticas tampoco ayudan mucho a mejorar esta situación, pues el Duero, Ebro, Guadiana y otros ríos no permiten una navegación prolongada.