El cadmio es un metal relativamente pesado, con una densidad de 8,64, ligeramente superior a la del hierro. Hierve a los 767° y funde a los 320,9 °C. En todas sus propiedades químicas aparece como bivalente (Valencia o número de oxidación, +2). El sulfuro de cadmio, CdS, es una sal amarilla, muy ligeramente soluble en agua y utilizada como pigmento en la fabricación de pinturas. El cloruro, bromuro y yoduro de cadmio son sales que se disuelven rápidamente en el agua. Las disoluciones de estas sales moderadamente concentradas tienen conductancia eléctrica excepcionalmente baja, fenómeno que se atribuye al hecho de que el cadmio forma rápidamente iones complejos como el [CdCU], que reducen el número total de iones disponibles para la conductancia. En disoluciones acuosas de amoniaco, el cadmio forma un ion complejo. La solubilidad en disoluciones amónicas de ciertos compuestos generalmente insolubles como el hidróxido de cadmio, Cd(OH)2, se puede atribuir también a la formación de iones complejos en la siguiente forma: Cd(OH)2 + 4NH4OH <=> [Cd(NH3)4]++(OH)2 + 4H2O
El sulfato de cadmio cristaliza de las disoluciones acuosas en forma de Hidrato (fórmula 3CdSO4 . 8H2O). Este hidrato, junto con el cadmio metálico, se emplea en la fabricación de pilas eléctricas para trabajos de gran precisión que necesiten un potencial eléctrico determinado. El óxido cádmico, CdO, es de color oscuro y muy tóxico si se inhala finamente pulverizado. Al estallar una bomba incendiaria compuesta de una Aleación de magnesio y cadmio se produce un humo venenoso de óxido de cadmio.
