Las principales actividades económicas de Aragón son la agricultura y ganadería. Abundan en general los suelos profundos y ricos, que si se riegan ofrecen fértiles huertas. En las zonas de regadío se cultivan con preferencia remolacha azucarera, alfalfa, variadas hortalizas, frutales y plantas textiles: lino y cáñamo. En el secano predomina el cultivo cerealístico, con gran extensión del barbecho, pues las tierras se cultivan, por lo general, un año sí y otro no; es una de las zonas trigueras más importantes de España. De gran importancia son también la vid, con vinos de gran riqueza alcohólica, y el olivo, que proporciona aceites de la mejor calidad.
La ganadería predominante es la lanar, que aprovecha los pastos duros de las regiones secas. Existe un régimen trashumante y las ovejas, que pasan los inviernos en las tierras llanas, suben a la montaña en primavera para aprovechar los altos pastos estivales; la raza «churra» aragonesa, que es la más corriente, proporciona buena lana y abundante carne. No faltan tampoco en Aragón los ganados mular, cabrío, porcino y vacuno, ni las aves de corral.
La minería es escasa y se limita casi exclusivamente a los yacimientos de hierro de Sierra Menera y los lignitos y azufres turolenses. La industria ofrece un importante centro en Zaragoza, pero en el resto de la región es escasa y se centra sobre todo en la transformación de los productos agrícolas: harineras, azucareras, vinícolas, molinos aceiteros, preparación del lino y cáñamo, etc. La ganadería proporciona materia prima para la industria textil lanera. La región exporta con preferencia azúcar, trigo, vino, aceites y frutas.