Según su aplicación pueden ser de soporte o chumacera, de empuje y de guía. Los primeros, de forma cilindrica, se emplean para soportar árboles giratorios, vehículos que se mueven sobre ejes giratorios y ruedas que giren sobre ejes fijos. Como ejemplo típico de esta clase de cojinetes podemos citar los empleados en los motores de combustión interna. Los de empuje se emplean para evitar el movimiento longitudinal que normalmente puede producirse en ejes giratorios. En ellos el extremo del eje hace contacto con el cojinete o bien los casquillos del eje giran sobre la superficie del cojinete o en ranuras practicadas en el mismo.
Los cojinetes de guía proporcionan apoyo y dirección a piezas de maquinaria que se mueven longitudinalmente, de ordinario sin movimiento giratorio.
Los cojinetes sencillos se fabrican de materiales muy diversos, de acuerdo con los usos a que se destinen. Los de soporte pueden consistir en casquillos de hierro o acero revestidos de bronce o metral antifricción (metal Babbit) o bien en piezas macizas de bronce, aluminio, acero, metal sinterizado o aglomerado, madera o plástico. Los cojinetes de empuje y de guía se construyen, normalmente, de acero o bronce.
Los cojinetes sencillos se lubrican con grasa o aceite, que a veces se aplica a presión. Suelen ir previstos de ranuras que, al retener el lubricante, facilitan su distribución por las superficies del cojinete. Los hay que no requieren engrase (cojinetes autolubricantes) por contener en su propio material sustancias lubricantes en forma sólida o líquida. En unos se utiliza el grafito como lubricante sólido; en los construidos de materiales porosos (madera o metal aglomerado) bastará la impregnación de la pieza en aceite, grasa o parafina.
Cojinetes de contacto rodante.
Llamados también cojinetes antifricción, se construyen insertando piezas rodantes entre los elementos fijos y móviles de las máquinas, con lo que se sustituye la fricción giratoria por la deslizante. Estos cojinetes constituyen piezas fundamentales en la construcción de automóviles, aviones, máquinas herramientas, equipo ferroviario, enseres domésticos y muchos otros aparatos. Las piezas rodantes de estos cojinetes pueden ser bolas o rodillos. En el primer caso se denominan rodamientos a bolas; en el segundo, rodamientos a rodillos.
Tanto unos como otros pueden dividirse en dos grupos fundamentales: cojinetes radiales y cojinetes de empuje. Los radiales se destinan especialmente a soportar cargas perpendiculares al eje giratorio, mientras que los de empuje sirven para soportar cargas paralelas al mismo. Existen también cojinetes rodantes para apoyo de piezas de movimiento alternativo.
Ambos tipos se componen normalmente de dos anillos, un juego de elementos rodantes y una jaula. Las piezas rodantes van colocadas entre los anillos, uno de los cuales gira mientras el otro permanece fijo. La jaula sirve para mantener separados uniformemente los elementos rodantes. Los cojinetes a bolas están previstos para soportar cargas moderadas. Instalados y lubricados adecuadamente, reducen el rozamiento al mínimo. El cojinete de rodillos puede soportar cargas mayores que el de bolas de igual tamaño. Los rodillos son generalmente cilindricos, cónicos o dolioformes, aunque pueden adoptar otras varias formas. Los cojinetes de rodillos cónicos sirven ordinariamente para soportar cargas radiales y de empuje. Empleados por pares en un mismo eje, consiguen eliminar el movimiento longitudinal de éste en cualquier dirección. Los cojinetes de agujas son rodamientos de rodillos cilindricos, que ofrecen la particularidad de no ir provistos de jaula que separe las piezas rodantes. Los cojinetes de contacto rodante se lubrican con aceite o grasa. En ellos se emplean retenes de fieltro u otro material para conservar el lubricante y proteger del polvo al cojinete.
Cojinetes de zafiro.
Consistentes en gemas duras, pulidas y conformadas, sirven de apoyo a las diversas piezas móviles de un reloj u otra máquina delicada. Por su gran resistencia al desgaste, esta clase de cojinetes se hace indispensable siempre que la precisión y vida de un instrumento haya de depender de la duración de estos dispositivos. En su confección se emplean normalmente rubíes, zafiros y diamantes, naturales o artificiales. El número de cojinetes de este tipo que lleva un reloj es claro indicio de su calidad.
