• « Mi gallo estaba tirado, inmóvil; respiraba con dificultad y sus ojos manifestaban terror. Me arrodillé a su lado, le acaricié el plumaje y le hablé con suavidad. »
• « Para que esa situación no implicase un desconocimiento de la autoridad del rey -inadmisible en esa época-, los gobernantes locales -virreyes, gobernadores, etc.- manifestaban un formal acatamiento a la voluntad del rey, pero, en muchos casos, toleraban y hasta fomentaban el incumplimiento de las órdenes de las autoridades metropolitanas. »