(1553-1630). Poeta español de la «escuela sevillana», discípulo de Fernando de Herrera. Nació en Sevilla de ilustre familia, convirtió su casa en un maravilloso palacio y gastó su fortuna en fiestas y recibimientos. Al final tuvo que vender, por necesidades económicas, su lujoso palacio.
Se le considera uno de los mejores artífices del soneto que ha tenido la poesía española. El mundo poético apasionado de Fernando de Herrera cobra serenidad en los moldes de su discípulo, pero sin perder la efusión lírica: «Tú, de la noche gloria y ornamento, / errante luna, que oyes mis querellas; / y vosotras, clarísimas estrellas, / luciente honor del alto firmamento.» En la poesía de Arguijo se manifiesta la tendencia al empleo de cultismos y neologismos, así como el gusto por lo suntuario y mitológico, que anuncian el inminente barroquismo de la poesía de Góngora.