Las tres cuartas partes de Austria están cubiertas por los Alpes y sus ramificaciones, por lo que este país es, después de Suiza, el más elevado de Europa. Pueden distinguirse cuatro regiones naturales: los Alpes, el contrafuerte alpino, el macizo de Bohemia y las tierras bajas.
Los Alpes cruzan Austria del O hacia el E, y en ellos se pueden distinguir tres zonas de N a S: septentrionales, centrales y meridionales. Los primeros están formados de rocas calcáreas sedimentarias, a las que la erosión ha dado formas muy agudas, con picos que rebasan los 3000 m de altitud. El monte Parseierspitz, con sus 3400 m, sobre el valle del Leck, es su cumbre más elevada. Los centrales, compuestos de granitos y esquistos cristalinos, tienen crestas de mayor altitud y abundancia de glaciares, pero son de formas más redondeadas. En ellos se eleva el Gross Glöckner, de 3798 m, que con su silueta aguda y grandiosa y su glaciar de Pasterze es la montaña más célebre de los Alpes austríacos. Los meridionales están formados por rocas calcáreas, que afloran a veces sobre un suelo de formación volcánica y rico en aguas minerales; su altitud es bastante menor, escasamente superan los 2100 m y sus formas son menos agudas que las de las ostras secciones de la gran cordillera.
El contrafuerte alpino está constituido por una estrecha meseta de unos 450 m de altitud, entre los Alpes y el Danubio. Son característicos sus lagos, de origen glaciar, sus estrechos valles fluviales atrincherados y sus piedras de arenisca, gredas cubiertas de grava, cantos rodados arcillosos y loess del Período glacial.
El macizo de Bohemia se extiende al N del Danubio, y lo forman montañas de escasa elevación, compuestas de rocas arcaicas y silúricas.
Las tierras bajas ocupan al E y SE del país, con suaves cerros y altiplanicies por debajo de los 500 m de altitud. Las cuencas de las tierras bajas se centran alrededor de Klagenfurt, Graz y Viena. En las márgenes de los grandes ríos, como el Danubio y Leitha, se forman extensos valles de aluvión.