(c. 810-886). Emperador bizantino, nacido en Macedonia de padres armenios. Tras una infancia de cautiverio en Bulgaria escapó a Constan-tinopla, donde se ganó el favor de Miguel III. Percatado del descontento producido por la crueldad y disipación del Emperador, le asesinó y usurpó el trono en 867. A pesar de su severidad fue un buen monarca: reformó la hacienda y compiló las leyes de su nombre (basílicas), vigentes hasta el fin del Imperio. Extendió sus dominios por Oriente y emprendió felices campañas en Italia. Fracasó en su intento de reconciliar las Iglesias de Oriente y Occidente. Murió en una cacería.