Etimológicamente (en italiano, vista hermosa), cualquier construcción o parte de ella que presente un bello aspecto. Reciben especialmente este nombre el patio del Belvedere en el Vaticano, que dio su nombre al Apolo de Belvedere y forma parte de la galería de estatuas, y un palacio situado en Viena, proyectado por J. L. von Hildebrand en 1725 como residencia veraniega del príncipe Eugenio de Saboya. El Belvedere vienés resultó gravemente afectado por los bombardeos de la II Guerra Mundial.