Una vez que las ondas planetarias transportan grandes masas de aire de diferente temperatura a las latitudes templadas, se producen otras circulaciones. En la región comprendida entre las corrientes de aire tropical y polar se producen circulaciones ciclónicas (vientos en espiral hacia adentro). El aire expulsado de estas regiones de presión baja se acumula en las anticiclónicas o de alta presión. Los frentes ciclónicos, particularmente los bordes del aire frío en movimiento, llamados también frentes fríos, pueden originar chubascos o tormentas que, a su vez, provocan tipos característicos de circulación, que pueden afectar a zonas de unos 30 km de diámetro. Véase Meteorológica, Previsión; Oclusión.
Huracanes y tornados. Son los movimientos atmosféricos más devastadores. En ambos el aire circula vertiginosamente en espiral alrededor de un eje vertical de manera similar a como se proyecta el agua de una palangana después de imprimirle movimientos giratorios. Aunque mucho más destructor, el Tornado es mucho más reducido que el Huracán, ya que a menudo su diámetro no pasa de 180 m, mientras que el del huracán puede medir varios cientos de kilómetros. En ambos casos los vértices se mueven a razón de 16 a 32 km/h, velocidad comparada con la de los vientos que giran en su torno: de 120 a 240 km/h para los huracanes y de 480 a 800 km/h para los tornados.
La dirección de los vértices parece depender de otros sistemas mayores (vientos planetarios).