• « Cuando vamos al teatro Colón, no somos mucho mejores. Con los ojos cerrados y ante la orquesta tocando a pleno, "sabemos" intuitivamente que el violín está detrás del piano, el timbal arriba, la trompeta a la izquierda, pero todo muy a brocha gorda, y, subrayo, sólo si la orquesta se digna tocar. No nos da para más, el oído. » (de dignarse | conjugación)