La economía cordobesa, rica y variada, es una de las más importantes de la Argentina. La agricultura se ha desarrollado gracias a los numerosos ríos que riegan la provincia, a la abundancia de aguas freáticas, al suelo profundo y fuerte y a las presas construidas con fines industriales y de regadío: dique de San Roque, dique y embalse de Río Tercero, embalses de Río Primero y Cruz del Eje. La llanura cordobesa cultiva cereales, especialmente trigo y en menor escala maíz y avena, lino, cacahuete y centeno. En las sierras aparecen ya los frutales y la vid característicos de las vecinas provincias andinas. Las plantas forrajeras, representadas principalmente por extensos alfalfales, mantienen una importante ganadería en la que figuran vacas, ovejas, cerdos, caballos, cabras, asnos y muías. Las riquezas minerales están poco aprovechadas; se explotan sobre todo las salinas y las canteras de piedra de construcción: caliza, granito y mármol. La industria es en cambio floreciente: material ferroviario en Cruz del Eje, pastas en San Francisco, cemento en Dumesnil, tejidos, cerveza y alfombras; Córdoba es el principal centro industrial con fábricas de cementos, productos químicos y abonos.