La hibernación que sufren algunas especies es un medio de defensa contra la inanición. Los colibríes, por ejemplo, son incapaces de almacenar suficiente energía durante el día para que dure toda la noche; por este motivo, el metabolismo se reduce de noche y la temperatura del cuerpo desciende a la del ambiente. Los polluelos del vencejo europeo se aletargan cuando el tiempo lluvioso impide volar a los padres. Su velocidad de respiración baja de 90 a 8 por minuto cuando ayunan.