No ha adquirido gran importancia debido a la falta de iniciativa en el país y a que la afluencia de capitales extranjeros persigue como finalidad principal el aprovechamiento de las riquezas naturales. Casi todas las ramas industriales tienen mero carácter local y se derivan de los productos agrícolas. Existen cientos establecimientos de beneficio del café, que preparan este fruto para el consumo y la exportación; algunos de ellos disponen de moderna maquinaria. La industria azucarera tiene el doble carácter de fabril y doméstica. La primera produce azúcar refinado en ingenios dotados de maquina moderna y perfecta; la segunda está más diseminada y se dedica a la preparación del «dulce». Los «trapiches» o pequeños ingenios son movidos por agua o electricidad algunas veces, pero por norma general suelen ser los bueyes los que sustituyen a las fuentes de energía.
La industria del calzado, una de las más modernas, tiene carácter preferentemente artesano. La industria minera se limita al beneficio de los filones de oro y plata y a la explotación de las salinas de Puntarenas. Otras industrias menos importantes son las de: galletas, cigarrillos, refrescos, cerámica y ladrillos, jabones, bujías, velas, vajillas y otras.
La industria maderera está representada tiene cientos de establecimientos que explotan las maderas de construcción y ebanistería; hay también fábricas de muebles. La industria textil cuenta con factorías suficientes para el consumo nacional. Actualmente se está construyendo una fábrica de cemento.
La industria farmacéutica es una de las más florecientes; los laboratorios nacionales ofrecen los específicos, medicinas, inyecciones e incluso artículos de perfumería en las mismas condiciones de calidad y presentación que cualquier otro país del mundo. Especial mención merece la fabricación de cerveza y de licores; las fábricas cerveceras se concentran en San José, Limón, Cartago y Puntarenas y su producción, aunque es grande, se consume toda en el país.
La fabricación de alcoholes y licores es monopolio del Estado, que posee una moderna factoría en San José, en la que se obtienen toda clase de licores, pero destacan las cremas de frutas. Alguna exportación de licores existe hacia otras Repúblicas centroamericanas.
