La masilla es una sustancia que se utiliza en diversas aplicaciones, principalmente en la construcción y la reparación.
Se trata de una mezcla de yeso y aceite de linaza, que se emplea para fijar cristales en los bastidores de las ventanas o para tapar agujeros en paredes y otras superficies.
Su versatilidad la convierte en un material esencial para quienes buscan realizar trabajos de mantenimiento y mejora en el hogar.