La Historia de Barcelona puede reconstruirse a partir de la dominación romana gracias a la gran cantidad de restos y a la escrupulosidad demostrada en su conservación por el Municipio. En la cima del «Mons Thaber Barcino-nensis» se agrupó la ciudad romana, cuyas murallas es posible contemplar debidamente restauradas. Se guardan unas columnas del templo de Augusto y es posible visitar la basílica visigótica, hoy día subterránea, sobre la cual se levanta la espléndida catedral gótica, centro del barrio de este nombre. Junto a la Catedral se halla la capilla de Santa Lucía (siglo xiii), de estilo románico. El cimborrio de la Catedral, rematado por una imagen de Santa Elena, y la fachada de aquélla fueron construidos en 1912 gracias a la munificencia de don Manuel Girona, pero la primitiva fábrica románica databa del siglo vii y sobre ella se edificó la gótica gracias al empeño de Jaime II, que inició las obras en 1298. Hoy puede rodearse el templo, paseo que permite apreciar su belleza y las características de los edificios civiles que a su vera se hallan. Entre ellos destacan la Casa del Arcediano, el Palacio de los Condes de Aragón (hoy Museo de la Ciudad), el Palacio Episcopal, etc. En Barcelona existen algunos templos románicos, entre los que descuellan San Pablo del Campo (siglo x), llamado así porque antiguamente se encontraba rodeado de campos, a extramuros, y San Pedro de las Puellas, reconstruido. Los templos góticos son más numerosos e importantes. Destacan la Basílica de los Santos Justo y Pastor, la Colegiata de Santa Ana, que posee un hermoso claustro, los templos de Montesión y la Concepción, que fueron trasladados de su emplazamiento primitivo; pero entre todos sobresalen, como ejemplos admirables del gótico catalán, la iglesia de Santa María del Mar, Nuestra Señora de los Reyes o del Pino y la capilla de Santa Águeda, anexa al Palacio de los Condes. Ya en las afueras de la ciudad existe el Monasterio de Pedralbes, de belleza impresionante, levantado por la piedad de Elisenda de Monteada, cuarta esposa de Jaime II, y la espaciosa y moderna iglesia de la Fundación Mundet.
Continuando la relación de templos, es preciso señalar la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, donde se venera la copatrona de la ciudad. Santa Eulalia, cuyo sepulcro se halla en la cripta de la Catedral, es la otra patrona de Barcelona. El barroco catalán tuvo una bella expresión en la iglesia de Belén, cuyo interior quedó destruido en 1936. Pero el templo del que más orgullosos se muestran los barceloneses, a pesar de no encontrarse terminado, es el de la Sagrada Familia, comenzado en 1882 según los planos de Gaudí. A pesar de que la parte actual es ya de por sí impresionante, no es posible hacerse idea de lo que será la Sagrada Familia cuando se completen las 25 flechas o torres, una de las cuales ha de alcanzar 160 m de altura.
Los edificios civiles importantes son numerosos. La «Casa de la ciudad», o Palacio Municipal, tiene una fachada del siglo 19, pero la entrada lateral correspondiente a la calle de la Ciudad es gótica, así como el interesante Salón de Ciento y la puerta del Trentenario. En la Sala de las Crónicas se hallan unas valiosas pinturas de José María Sert. Frente al Ayuntamiento, encuadrando con él la Plaza de San Jaime, se levanta el Palacio de la Diputación, antigua Generalidad de Cataluña. En su interior se halla el Salón de San Jorge y el famoso Patio de los Naranjos. Son también edificios notables: el Archivo de la Corona de Aragón, que contiene uno de los fondos documentales de la Edad Media más interesantes; el edificio del Hospital de la Santa Cruz, con su patio de arcos góticos y cruz barroca; la Casa de Convalecencia y, frente a ella, la Academia de Medicina, de estilo neoclásico. El Hospital de la Santa Cruz fue. uno de los primeros centros hospitalarios del mundo. Del siglo xviii datan el Palacio de la Virreina, construido por la viuda del virrey Amat; el Palacio Moyá, hoy conocido por Palacio Comillas; y la Lonja, en cuyo salón de Contrataciones, de 32 m de largo, es posible admirar una hermosa columnata gótica. Más próximos a nuestros días aparecen el Palacio de la Música y el Liceo, de los que hablaremos al mencionar la Barcelona artística.
