El concepto de crimen está determinado por elementos de tiempo y lugar: lo que es legal hoy puede no serlo mañana; lo que está prohibido en un lugar puede ser permisible en otro. Todos los actos considerados actualmente como criminales, salvo acaso la traición, han sido considerados en otro tiempo o lugar como honorables. De ordinario, en un tiempo y lugar determinados, la ley tiende a reflejar los valores de los individuos o grupos que ostentan el poder. El transcurso del tiempo ha impreso profundos cambios en el Derecho criminal; hoy día existen notables diferencias entre las diversas legislaciones. No es raro que los textos legales contengan disposiciones que, sin haber sido derogadas, han perdido su vigor, reminiscencias anacrónicas de una sociedad menos compleja. Véase Traición.