A la declaración de guerra de Montenegro a Turquía (8 octubre 1912) siguió la de Servia, Bulgaria y Grecia (17 octubre). Los turcos disponían de un ejército de alrededor de 200000 hombres en su parte europea y 150000 en la asiática, al frente del cual se puso el ministro de la Guerra, Nazim Bajá, como generalísimo. Los ejércitos turcos del oeste fracasaron ante el empuje de los servios dirigidos por el general Putnik. El 24 y el 26 de octubre los servios obtuvieron sendas victorias en Kumanovo y Skoplje. A finales del mismo mes enlazaban los griegos con un contingente servio que descendía por el valle del Vardar. Mientras tanto, una división suelta del Ejército griego se aproximaba desde el SE a Salónica, a donde se dirigía igualmente otra división búlgara. Al considerar el alto mando turco imposible la defensa de Salónica, se rindió a los griegos y servios el 8 de noviembre de 1912, dos días antes de que llegaran los búlgaros. Monastir cayó en manos griegas el 18 de noviembre. En este mismo mes proclamaba Albania su independencia del yugo turco. Después de sufrir fuertes derrotas a manos de los búlgaros en la Tracia oriental (en octubre), los turcos lograron rehacerse y mantener la línea Tchataldja, baluarte de Constantinopla, pero no pudieron impedir el aislamiento de Adrianópolis por los servios y búlgaros.
Mientras tanto apareció el cólera en los campos de ambos beligerantes. La epidemia sirvió a las potencias europeas para forzar un armisticio el 3 de diciembre. Tras el fracaso de una conferencia de paz y el asesinato de Nazim Bajá (23 enero 1913), en el curso de una rebelión de los Jóvenes Turcos, reanudó Turquía las hostilidades en febrero. Janina cayó en poder de los griegos (6 marzo), Adrianópolis fue ocupada por las fuerzas servio-búlgaras (26 marzo) y los montenegrinos tomaron Scutari (22 abril), que cedieron a las potencias (14 mayo). Poco después (30 mayo) se firmaba en Londres entre los aliados balcánicos y Turquía una paz preliminar, que reducía la frontera turca a la línea Enos-Midia.
