m. Dignidad de tribuno, especie de magistratura popular creada cuando el pueblo de Roma se retiró al monte Sagrado, en 493.
Tiempo que duraba.
Institución establecida en Francia por Napoleón Bonaparte con la Constitución del año VIII, que tenía por objeto moderar los otros poderes. Se componía de 100 miembros, nombrados por el Senado, a donde los tribunos enviaban sus oradores para defender o combatir los proyectos de ley.