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historia de Cuba

 


historia de Cuba
  1. La isla de Cuba fue descubierta por Colón en su primer viaje (27 de octubre de 1492). Los indígenas la daban el nombre de Cobba, pero Colón la bautizó con el de Juana en honor al príncipe Juan de Castilla. Recorrió el descubridor su costa septentrional de E a O y estimó haber alcanzado tierra firme contra las aseveraciones de los indios y del gran cartógrafo Juan de la Cosa. Mantuvo Colón esta idea de la no insularidad hasta que en el segundo viaje tuvo ocasión de explorar la costa S de la isla durante la primavera de 1494. Tras un viaje a Jamaica volvió a explorar las costas de Cuba desde el 18 de mayo hasta finales de setiembre. En el cuarto viaje visitó el archipiélago de los Jardines de la Reina. En 1508 llegó a Cuba Sebastián Ocampo y al año siguiente se nombró gobernador general de las Indias a Diego Colón, quien encargó de su conquista al adelantado Diego Velázquez. Éste, acompañado de 300 hombres, desembarcó en la primavera de 1511 en el puerto de las Palmas, en la costa oriental de Cuba, donde los indios siboneyes, dirigidos por el cacique haitiano Hatuey, resistieron varios meses, aprovechando las montañas del territorio. Pánfilo de Narváez, acompañado por fray Bartolomé de Las Casas, logró atravesar la isla hasta La Habana, aunque estuvo a punto de sucumbir en Bayamo al caer 7000 indios sobre sus fuerzas. Para evitar una sorpresa semejante a la de Bayamo, los españoles en Camagüey hicieron la terrible matanza del Bonao, descrita con negras tintas por el P. Las Casas, ferviente defensor de los indios, con lo que la isla quedó totalmente dominada.

    En 1512 fundó Velázquez la ciudad de Baracoa, a la que siguieron Bayamo, Sancti Spiritus, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe (Camagüey), Matanzas y San Cristóbal de La Habana. En 1518 se fundó el obispado de la Asunción de Baracoa, trasladado en 1523 a Santiago de Cuba, Al año siguiente, en 1524, murió el glorioso conquistador de Cuba, Diego Velázquez, para quien Las Casas -tan severo con los españoles- no tiene sino alabanzas. Gobernadores famosos de Cuba fueron también Manuel de Rojas, sucesor de Velázquez, Hernando de Soto (1538), conquistador de La Florida y Gonzalo Pérez de Angulema (1549), que trasladó la capitalidad a Santiago.

    El descubrimiento y conquista de México por el primer alcalde de Santiago, Hernán Cortés, produjo una emigración tan alarmante que, para evitar que Cuba se despoblase, el Consejo de Indias propuso al rey, en 1551, la conveniencia de llevar labradores, autorizándoles a introducir un buen número de esclavos negros que les ayudasen en sus faenas.

    Durante el reinado de Felipe II sufrió la isla graves y numerosos ataques de los corsarios; para preservar a La Habana, el famoso ingeniero Juan Bautista Antonelli levantó y artilló los célebres castillos de la Punta y el Morro, especialmente destinados a defender la ciudad después del intento de asalto por parte del pirata Drake en 1586. En esta misma época, un pirata francés, Philibert Ogeron, llevó su audacia hasta cautivar, en su propia diócesis de Santiago, al obispo, a quien rescataron por sorpresa los colonos de Bayamo, degollando a muchos piratas.

    A lo largo de todo el siglo xvii padeció Cuba los ataques y asaltos de piratas, corsarios y bucaneros. El pirata francés François l´Olonais asaltó la población de San Juan de los Remedios en 1667 y pasó a cuchillo a toda la población. Santiago de Cuba padeció en 1690 graves daños y destrucciones por ataques de los filibusteros. También por aquel tiempo el pirata Morgan, en viaje a Panamá, se apoderó de Puerto Príncipe, de donde arrancó un fuerte rescate.

    Concedido por España a los ingleses el derecho de importar hasta un 5 % de las mercaderías, derecho llamado de «asiento», se convirtió éste en un pretexto para el contrabando de los ingleses, particularmente los de Jamaica. El barco de asiento se hacía acompañar de otros a los que transbordaba sus mercancías, con lo que en lugar de 500 t se importaban 5000 o más. Este abuso impuso el derecho de visitar a los barcos de «asiento» y confiscar las mercancías fuera de registro; en cierta ocasión se cortaron las orejas a algún contrabandista sorprendido en delito, lo que dio lugar a la «Guerra del Asiento» o «Guerra de las orejas de Jenkins». Para vengar esta «afrenta», la escuadra del almirante Vemon atacó en 1741 a Santiago sin conseguir tomarlo, pero en 1742 logró desembarcar y ocupar la bahía de Guantánamo, en donde los ingleses fundaron la población de Cumberland. Pero los ataques de las guerrillas españolas y la dificultad de aclimatación les obligaron a rembarcarse meses después.

    Veinte años después la situación fue más grave. Una flota mandada por el almirante Pocok, con 32 navios de guerra, 200 de transporte y 20000 soldados mandados por el Duque Albemarle atacó a La Habana en agosto de 1762. Pese a la heroica defensa del Castillo del Morro por Don Luis de Velasco, la caída de la fortaleza determinó la rendición de la ciudad. Dominaron también los ingleses cierta porción de la isla, pero al firmarse el año siguiente la Paz de París, desalojaron totalmente Cuba, a cambio de la cesión de La Florida.

    A pesar de todos estos incidentes Cuba continuó prosperando durante todo el siglo xviii; se fundaron nuevas ciudades, como la importante de Pinar del Rio. La industria también tuvo un gran desarrollo y no solamente en beneficio de los productos del agro como la industria azucarera y tabacalera, sino en diferentes aspectos; sirva de ejemplo el astillero de La Habana, cuyos navíos eran tan estimados que desde 1648 se admitieron para la carrera de Indias. Desde 1724 hasta el final del astillero habanero se. fabricaron en La Habana 51 navios de línea, entre ellos 7 de los 12 de tres puentes que en el siglo xviii tuvo la Marina española, uno de ellos el famoso Trinidad, el coloso de la batalla de Trafalgar.

    La población creció durante el siglo xviii y principios del xix debido a la inmigración. Cuando Inglaterra ocupó Jamaica en 1655-70, muchos miles de criollos jamaicanos pasaron a Cuba; lo propio sucedió cuando la conquista francesa de Haití, y después cuando se cedió a Francia Santo Domingo. Durante las guerras raciales de esta isla (1790-1810) miles de franceses emigraron a Cuba, donde desarrollaron hermosos cafetales.

    Las guerras de la independencia cubana ocupan casi todo el siglo xix con breves intervalos de paz. El primer movimiento se registra en 1812, cuando se produce un levantamiento de los negros contra los cubanos y españoles de raza blanca, a imitación de los esclavos negros sublevados en Haití. El movimiento fue rápidamente sofocado y ahorcados los cabecillas. En abril de 1820 un movimiento liberal, en favor de la Constitución proclamada por el general Riego, en Cádiz, se conjuró fácilmente.

    La influencia de la independencia de América del Sur no tardó en hacerse sentir y el capitán general Vives tuvo que hacer frente a los manejos de las logias y sociedades secretas, desde la aparición de la llamada «Soles y Rayos de Bolívar», sorprendida en 1823 en Puerto Príncipe, hasta el descubrimiento de la «Gran Legión de Águila negra» (1830). De 1834 a 1844 hubo una relativa calma y tranquilidad política, pero bajo el mando del capitán general O´Donell, en julio de 1844, se procesó y ejecutó al célebre y sentimental poeta Gabriel de la Concepción Valdés, mulato muy popular en Cuba.

    Apoyado por Estados Unidos, el venezolano Narciso López realizó una expedición de tipo filibustero en 1850 y logró apoderarse del puerto de Cárdenas, aunque fue inmediatamente obligado a rembarcarse. De esta época datan la bandera y el escudo cubanos, adoptados más tarde por la República al crearse el Estado independiente.

    Entre 1850 y 1851 se levantaron partidas rebeldes en Camagüey; Narciso López, en una segunda expedición, desembarcó en Bahía Honda, pero, derrotadas sus partidas y apresado, fue ejecutado, en La Habana en setiembre de 1851. En la lucha murió el general español Manuel Ena. El general Serrano, más tarde duque de la Torre, canalizó las pasiones hacia un partido reformista y democrático que comprendiese a criollos y europeos, con lo que la paz se mantuvo hasta 1866. Al cesar Serrano en el mando, cerradas las vías de la anexión y la reforma, los reformistas cubanos se pasaron al campo separatista e intransigente y el 10 de octubre de 1868 dio Garlos Manuel Céspedes el «grito de Yara» en pro de la Independencia en su ingenio azucarero de Demajagua. De este modo comenzó la Guerra de los Diez Años. A Céspedes al principio no le siguieron más que unos cientos de entusiastas, pero a lo largo de la lucha hubo momentos en que llegó a reunir hasta 10000 guerrilleros. El mismo mes de octubre tomaron los rebeldes Bayamo que capituló y en febrero de 1869, reunieron en Guaimaro una asamblea constituyente, proclamaron la República cubana y crearon autoridades políticas y mandos militares. En la guerra de guerrillas y emboscadas destacaron como jefes militares, además de Céspedes, Máximo Gómez y Antonio Maceo. Los españoles opusieron a las guerrillas cubanas las de los «voluntarios», lo que hizo la guerra cruel y despiadada.

    En La Habana un lamentable suceso conmovió a la opinión cubana y española hasta el punto de obligar a dimitir al Gobierno de Madrid. Ocho estudiantes fueron fusilados en el foso de la Fortaleza, acusados sin pruebas de haber profanado el sepulcro de don Gonzalo Castañón, fundador del periódico españolista La Voz de Cuba. El hecho causó tal impresión que hubo jefe militar que pidió el retiro, no queriendo verse envuelto en tales luchas de pasión y odio.

    Los Estados Unidos continuaban prestando todo el apoyo posible a los rebeldes. Un buque de aquella nacionalidad, el Virginia, fue sorprendido en 1873 con un alijo de armas para los guerrilleros cubanos, y los miembros de la tripulación fueron juzgados y pasados por las armas, con lo que la guerra entre España y los Estados Unidos estuvo a punto de estallar. La lucha siguió con mil vicisitudes y combates hasta que el cansancio fue haciendo presa en los patriotas cubanos, en una de cuyas rencillas perdió el mando Céspedes, que poco después pereció en un encuentro con las guerrillas de voluntarios españoles. Por fin, los sublevados llegaron a un acuerdo con el capitán general Martínez Campos, firmándose el 10 de febrero de 1878 el Convenio o Paz de Zanjón. Por ésta se otorgó amnistía y libertad a todos los enjuiciados y prisioneros y se aplicaron las reformas que la República Española había emprendido e introducido en la isla de Puerto Rico. Maceo y algunos cabecillas no aceptaron el Convenio del Zanjón y continuaron la lucha durante dos años, hasta el tiempo del capitán general Polavieja (1880), pero sin eficacia ni apoyo de la masa cubana.

    El problema de la esclavitud fue revisado en este tiempo para evitar una de las posibles causas de las rebeliones cubanas. En 1817 se suprimió la trata, aunque siguió en forma clandestina. En 1835 se practicó el registro de los barcos sospechosos de negreros, mediante un acuerdo entre España e Inglaterra. En 1870 se declaró libres a todos los hijos de negros esclavos desde la fecha de la revolución española (1868) y a todos los entonces mayores de 60 años; finalmente, en 1880 se introdujo en Cuba la ley dictada para Puerto Rico en 1872 y según la cual quedaría suprimida la esclavitud de modo absoluto en un plazo de cuatro meses, con indemnización a los amos, aunque otorgándose a éstos contratos de privilegio con sus libertos por un periodo de tres años.

    Las reformas administrativas no condujeron a la autonomía que solicitaban los patriotas cubanos, que aún preferían una unión con España. Apoyados por Estados Unidos los rebeldes realizaron algunas expediciones entre 1883 y 1885, pero sin consecuencias. En España, en 1893, Maura presentó un lógico programa de autonomía para Cuba, que hubiera abolido los últimos restos del sistema colonial, pero fue rechazado. El Gobierno de Montero Ríos dimitió y los autonomistas pasaron a engrosar las filas de los partidarios de la independencia.

    En Baire, el 5 de febrero de 1895, se dio el gritó de independencia y pronto las partidas de patriotas cubanos dieron fe de vida en Holguín y Guantánamo, por lo que el Gobierno acordó reforzar el ejército español en Cuba de 14000 hombres con otros 6000.

    En abril desembarcaban en la isla el poeta y filósofo José Martí, campeón de la Independencia cubana, Máximo Gómez y Antonio Maceo. En los primeros combates murió Martí, que actuaba como presidente provisional de la República cubana, mientras Máximo Gómez dilataba sus correrías desde Santiago a Camagüey. En julio, otro desembarco rebelde en la costa S, en Sancti Spiritus, extendía la rebelión a más de la mitad del territorio cubano con el apoyo del contrabando de armas que los barcos norteamericanos realizaban de modo escandaloso.

    En setiembre de 1895 una asamblea constituyente reunida en Jimaguayú, en el centro de la isla, proclamó la República y dio el mando de las fuerzas rebeldes a Gómez, el cual llegó con sus tropas hasta las puertas de La Habana. Martínez Campos pretendió expulsarlo hacia el E, pero, tras una escaramuza en Matanzas, las fuerzas mambises se filtraron entre las tropas españolas y extendieron la revuelta a Pinar del Río.

    Fracasado Martínez Campos en lograr la paz, fue sustituido por Weyler, quien construyó dos trochas militares para cortar el paso de los rebeldes por la manigua: una, de Júcaro a Morón y otra, de Mariel a Majana; declaró guerra a muerte a los mambises y estableció el sistema de «concentraciones», obligando a los campesinos y paisanos a encerrarse en determinadas zonas. Después atacó a Antonio Maceo en el territorio de Pinar del Río y aunque obtuvo una brillante victoria no pudo capturar al jefe rebelde.

    La guerra se complicó con el levantamiento rebelde en Filipinas; vista la gravedad de la situación militar, España envió a Cuba 200000 hombres en armas. Weyler consiguió batir en la trocha de Mariel a Maceo, que se encontraba en su campamento de la loma Rubí, y le obligó a embarcar en dirección a La Habana. Desembarcó Maceo en Punta Brava, pero perdió la vida en combate con una columna española (1896). Durante 1897, Máximo Gómez cruzó la trocha de Morón que se reputaba infranqueable.

    El gobierno liberal de Sagasta, en noviembre de 1897, concedió por fin la ansiada autonomía, pero esta determinación llegaba tarde y fue rechazada por el partido español que se levantó en La Habana contra ella y por los separatistas cubanos que se afirmaron en la declaración de «independencia o muerte». Según la ley dictada, se otorgaba una constitución para Cuba y Puerto Rico, a tenor de la cual se organizaba elípoder legislativo con una cámara, equivalente al congreso español, y un consejo de administración o senado, compuesto de 16 miembros elegidos por los naturales y 18 por la Corona; se confiaba el ejecutivo a un presidente y 5 ministros, y se asignaba el poder moderador al gobernador general. Salvo, pues, la política internacional y la defensa del territorio, atributos inalienables del poder soberano, en todo lo demás, incluso en la vidriosa materia arancelaria, la autonomía era cabal, insuperable y omnímoda.

    Estados Unidos propuso a España la compra de Cuba por 300000000 de dólares.

    Los incidentes con Estados Unidos, que apoyaban abiertamente a los rebeldes, se sucedieron para culminar con la voladura del barco de guerra norteamericano Mame, en la bahía de La Habana, el día 15 de febrero de 1898. Norteamérica acusó sin mediar comprobación, y halló un pretexto en el hecho para declarar la guerra el 21 de abril. La inmensa superioridad numérica y técnica de las fuerzas navales y terrestres norteamericanas dieron a éstas fácil victoria. Los hechos se precipitaron. Los americanos desembarcaron 15000 combatientes y el 1 de julio se apoderaron de Caney y Loma de San Juan en cuya defensa pereció heroicamente el glorioso general español Vara de Rey y amenazaron inmediatamente la ciudad de Santiago. La escuadra de Cervera, recién llegada de España y acogida a la bahía de Santiago, salió a presentar batalla a la escuadra del comodoro Schley, reforzada por la del comodoro Sampson, a pesar de saber que iba a ser derrotada por su notoria inferioridad; el 3 de julio, frente a Santiago se consumó la tragedia, seguida de la capitulación de Santiago de Cuba el 15 de julio. El 12 de agosto se firmaba la paz provisional con alto el fuego y el 12 de diciembre de 1898 se firmaba el tratado definitivo, según el cual España abandonaba Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.


    Historia de Cuba: 1900 a 1991

    Un ejército americano ocupó Cuba. Una asamblea constituyente dictó la Constitución de la República en febrero de 1901, pero la libertad política quedó limitada por la «enmienda Platt», ley norteamericana aceptada por los cubanos, y en cuya virtud los Estados Unidos se reservaban el derecho de intervenir en la isla en caso de guerra civil y otros. Además, Cuba reconoció a los norteamericanos una estación naval en Guantánamo y la ocupación temporal de la isla de Pinos, que ha vuelto ya a la soberanía cubana.

    Elegido presidente de la República Estrada Palma para el periodo 1902-06, el general Wood le hizo entrega del mando en 1902 y el ejército norteamericano regresó a su patria. La reelección de Estrada (1906) motivó una insurrección acaudillada por el partido liberal. Una intervención norteamericana finalizó con las elecciones que dieron el triunfo al liberálista José Miguel Gómez (1909-13), quien realizó numerosas obras públicas, creó escuelas y Academias Nacionales y estableció diversos Museos. Su sucesor, el conservador general Mario García Menocal (1913-21), impulsó la agricultura y ganadería; su reelección (1917) provocó violenta protesta de los liberales. En este periodo, Cuba declaró la guerra a Alemania, estableció el servicio militar obligatorio y conoció una gran prosperidad que desembocaría en terrible inflación, contra la que hubo de luchar el liberal Alfredo Zayas (1921-25). El partido liberal continuó en el poder con Gerardo Machado (1925-33), quien dio gran impulso a la industria y obras públicas, pero que pretendió erigirse en dictador y originó una sangrienta insurrección. Un pronunciamiento militar nombró presidente provisional a Carlos Manuel de Céspedes, pero poco después se sublevaron de nuevo las tropas, que destituyeron a la oficialidad. Jefe del movimiento fue el sargento Fulgencio Batista, que, ya con el grado de coronel, encabezó el nuevo Estado Mayor. El poder ejecutivo pasó a una pentarquía constituida por P. Franca, S. Carbó, G. Paártela, J. M. Irisarri y Ramón Grau San Martín, quien sería elegido presidente (1933-34). Carente del apoyo del Ejército y enfrentado con Estados Unidos hubo de renunciar en favor de Carlos Hevia, a quien sustituiría en el mismo año M. Márquez Sterling, sustituido a su vez, casi inmediatamente, por Carlos Mendieta (1934-35). Mendieta derogó la Enmienda Platt y restauró el orden económico, pero, acusado de parcialidad, dimitió y fue sustituido en interinidad por José A. Barnet (1935-36). Las elecciones de 1936 dieron el triunfo a Mariano Gómez, quien, tropezando con la oposición de los militares, fue destituido y remplazado por el vicepresidente Federico Laredo Bru (1936-40). Laredo preparó un régimen constitucional muy adecuado, pero en las elecciones de 1940 subió al poder Batista. Durante su gobierno y el de su sucesor, Grau San Martín (1944-48), se restauró la situación económica. En 1948 subió al poder C. Prío Socarrás, pero su mandato fue interrumpido por un golpe de fuerza de Batista (1952), quien resultaría relegido en 1954. En 1956, la oposición al régimen de Batista adquirió formas virulentas en la provincia de Oriente. Poco después desembarcó en Cuba el jefe de los exilados políticos, Fidel Castro, que inició una guerra de guerrillas en Sierra Maestra. Pronto se ganó el favor popular: en 1958 declaró «guerra total» a Batista y a fines de año ocupó Santiago. Batista huyó el 1 de enero de 1959 y Castro quedó como dueño virtual de la isla. La revolución triunfante proclamó presidente provisional al doctor Manuel Urrutia y se estableció un gobierno presidido por Miró Cardona, quien casi inmediatamente sería sustituido por el propio Castro. Algunas discrepancias de éste con Urrutia motivaron la dimisión del presidente (julio 1959), cargo que recayó en Oswaldo López Dorticós. El régimen fidelista ejerció una enérgica represión contra los partidarios de Batista. Ello, unido a la política de reforma agraria que amenazó intereses extranjeros y a la política filocomunista del nuevo gobierno cubano, enfrentó a Cuba con sus vecinos del continente, especialmente con Estados Unidos. Fidel Castro no encontró apoyo en la Organización de Estados Americanos en 1960; en 1962 incluso se vio expulsado de ella. Sin embargo, el carácter eminente popular que, al menos en principio, revistió el movimiento castrista ha dado una gran solidez al actual gobierno, que en 1961 logró rechazar un desembarco de los exilados políticos.

    Cuba comenzó a establecer lazos más fuertes con la Unión Soviética, la cual le brindó apoyo y se convirtió en una gran importadora de azúcar de caña, junto con otros estados socialistas.

    A fines de junio de 1962, la Unión Soviética y Cuba tomaron la decisión de instalar misiles atómicos en Cuba; al recibir la Unión Soviética informe de inteligencia sobre una supuesta invasión directa de los Estados Unidos a la isla; lo que entendían era el único modo de disuadir a Estados Unidos de invadir a Cuba, además de suponer para las relaciones soviético-estadounidenses un paso más en la Guerra Fría (en agosto de 1961 se había construido el muro de Berlín, en febrero de 1962 se había producido el novelesco intercambio de prisioneros consecuencia del caso del avión espía U-2, y proseguía la implicación estadounidense en el conflicto de Vietnam). El Che Guevara tuvo una participación activa en la elaboración del tratado entre Cuba y la Unión Soviética, viajando allí a fines de agosto para cerrarlo. El hecho llevaría a la llamada crisis de los misiles de Cuba que puso al mundo al borde de una guerra nuclear y finalizaría con un dificultoso acuerdo entre Kennedy y Nikita Jrushchov, por el cual Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba y retirar los misiles que tenía instalados en Turquía apuntando a la Unión Soviética, y ésta a retirar los misiles cubanos.

    Durante la Guerra Fría, Cuba que quedó aislada del resto de los países americanos, siendo expulsada de la OEA (esta medida fue abolida en junio de 2009), y sumamente dependiente de la Unión Soviética y el bloque comunista. Cuba participó en varias guerras en Asia (Yemen y Siria) y en África (Angola, Etiopía, Congo, Zaire, Guinea-Bisáu, República Árabe Saharaui Democrática) donde derrotó al ejército de Sudáfrica en Angola, influyendo en el derrumbe del apartheid y la liberación de Namibia; también ofreció apoyo económico, logístico y político a varios movimientos guerrilleros de Centroamérica y Sudamérica.


    Caída de la Unión Soviética: 1991 a la actualidad

    Después de la caída de la Unión Soviética a finales de 1991, la economía de Cuba sufrió una crisis radicalmente acentuada por el colapso del bloque soviético, cuyas economías planificadas desaparecieron, reduciendo radicalmente la entrada de bienes materiales y alimentos. Esa realidad política, combinada con los efectos del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, esencialmente paralizó la isla porque las estrechas bases económicas de Cuba se concentraban en unos pocos productos con pocos compradores. La pérdida de casi 5 mil millones de dólares que el gobierno de la Unión Soviética proveía a Cuba como ayuda, en forma de exportaciones garantizadas para el mercado cubano del azúcar y la obtención de petróleo barato, generó un impacto severo para la economía cubana.


    En 1993 la situación se agravó mucho más. El comercio de Cuba disminuyó en un 80%, y las condiciones de vida empeoraron. Asimismo, se disparó el número de inmigrantes cubanos que buscaba salvar su situación económica en los Estados Unidos.


    En 1995 se tomaron nuevas medidas para aliviar la situación del país. Se fomentó la inversión extranjera y se permitieron algunas muy limitadas formas de iniciativa privada. Esto hizo que poco a poco mejorase algo la economía cubana.


    En 1998 el Papa Juan Pablo II hizo una visita a Cuba, en la cual se pidió algo más de flexibilidad a la sociedad cubana, así como al resto del mundo, pidiendo apertura de ambas partes.

    A partir de la segunda parte de los noventas, la situación del país se estabilizó, en gran parte debido a las divisas recibidas por el turismo y por las remesas de los emigrados. Para aquella época, Cuba tenía una casi normal relación económica con la mayoría de los países latinoamericanos, y sus relaciones con la Unión Europea (que empezó a proveerla de ayuda y préstamos) habían mejorado. China también emergió como una nueva fuente de ayuda y soporte, a pesar de que Cuba se había aliado con los soviéticos durante la división chino-soviética de los años sesenta.

    Sin embargo, en octubre de 2004 el gobierno cubano anunció el fin de esta política: a partir de noviembre los dólares estadounidenses no serían legales en Cuba, pero en cambio se cambiarían por pesos convertibles cubanos.

    En 2006 Fidel Castro cedió la presidencia (de forma provisional debido a su estado de salud) a su hermano y por entonces vicepresidente Raúl Castro. A comienzos de 2008 Raúl fue finalmente elegido por el parlamento como nuevo presidente, tras la renuncia definitiva de Fidel.

    En diciembre de 2014, conversaciones entre funcionarios cubanos y funcionarios estadounidenses, incluyendo Barack Obama y Raúl Castro, llevaron a un intercambio de prisioneros, y un agente no identificado de los Estados Unidos a cambio de la liberación de tres prisioneros cubanos encarcelados en los Estados Unidos (integrantes de los 5 Héroes que aún quedaban encarcelados). Entre otras medidas, el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba si bien no se levantó, se relajó para permitir la importación, la exportación y el comercio dentro de un cierto límite entre los dos países.

    En julio y agosto de 2015 también se reabrieron las misiones diplomáticas (embajadas) de dichos países.

    Para más información ver: Cuba.
Actualizado: 18/03/2016 - Autor: Leandro Alegsa
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  • ¿Existe un libro llamado "Las páginas oscuras de la revolución cubana"?

    Sí, existe un libro con ese título.

    "Las páginas oscuras de la revolución cubana" es un libro escrito por el periodista argentino Martín Cúneo y publicado en el año 2015.

    En el libro, se aborda una serie de sucesos y acontecimientos relacionados con la revolución cubana que han sido poco conocidos o difundidos en la historia oficial.

    Entre los temas que se abordan en el libro se encuentran las ejecuciones masivas de presos políticos, las violaciones a los derechos humanos y la represión a los disidentes políticos en el régimen cubano.


    Sugiero leer:

    Definición de libro
    Definición de título
  • Explique las causas y consecuencias sociopolíticas internas y externas de la crisis, derrumbe y desmontaje del socialismo de Europa del Este y la URSS. ¿Tuvieron estos procesos impactos sobre Cuba? Fundamente

    La crisis, derrumbe y desmontaje del socialismo de Europa del Este y la URSS tuvo múltiples causas y consecuencias sociopolíticas internas y externas. Una de las principales causas fue la economía planificada y centralizada que no logró adaptarse a los cambios globales en la economía y el comercio mundial, lo que resultó en una disminución de la productividad y una creciente escasez de bienes y servicios. Además, la falta de libertades políticas y la represión de la disidencia también contribuyeron a la crisis.

    Las consecuencias sociopolíticas internas incluyeron una creciente insatisfacción de la población con el sistema político y económico, lo que llevó a protestas y manifestaciones populares en muchos países. Los líderes de los países socialistas también se enfrentaron a desafíos internos dentro de sus propios partidos y sistemas políticos. A nivel externo, la caída del muro de Berlín y la reunificación de Alemania simbolizaron el fin de la Guerra Fría y el surgimiento de un nuevo orden mundial.

    En cuanto a Cuba, estos procesos tuvieron un impacto significativo. La economía cubana dependía en gran medida del apoyo económico y político de la URSS, por lo que la desaparición de la Unión Soviética y el bloque socialista europeo tuvo un impacto económico devastador en la isla. La escasez de combustible, alimentos y otros bienes básicos se agravó aún más, lo que llevó a la implementación de medidas de emergencia como los "Períodos Especiales". También se produjo un cambio en las relaciones internacionales de Cuba, al perder aliados importantes en el ámbito internacional.

    En resumen, la crisis, derrumbe y desmontaje del socialismo de Europa del Este y la URSS tuvo un impacto significativo en Cuba y en todo el mundo, y marcó el fin de una era en la historia contemporánea.


    Sugiero leer:

    Definición de crisis
    Definición de derrumbe
    Definición de desmontaje
    Definición de socialismo
  • Cuáles son las lenguas indígenas de Cuba

    Las lenguas indígenas de Cuba son las lenguas que eran habladas por los pueblos indígenas que habitaban la isla antes de la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XV. Sin embargo, debido a la conquista y la colonización, la mayoría de estas lenguas se extinguieron y actualmente solo se conservan algunas palabras y expresiones en la memoria colectiva de la población cubana.

    Antes de la llegada de los españoles, en Cuba se hablaban varias lenguas indígenas pertenecientes a diferentes familias lingüísticas. Algunas de estas lenguas eran:

    1. Taíno: Era la lengua hablada por los taínos, el grupo indígena más numeroso en la isla. Aunque se considera extinta, algunas palabras y topónimos taínos han sobrevivido en el vocabulario y la toponimia cubana.

    2. Guanajatabey: Era la lengua hablada por los guanajatabeyes, un grupo indígena que habitaba la región occidental de Cuba. Esta lengua también se considera extinta.

    3. Siboney: Era la lengua hablada por los siboneyes, otro grupo indígena que habitaba la región oriental de Cuba. Al igual que las anteriores, se considera extinta.

    Es importante destacar que la influencia de las lenguas indígenas en el español de Cuba es mínima, ya que la mayoría de los indígenas fueron sometidos y desplazados durante la colonización española. Sin embargo, algunos topónimos y nombres de plantas y animales en Cuba conservan raíces indígenas.


    Sugiero leer:

    Definición de lengua
    Definición de indígena
    Definición de cuba
    Definición de pueblo
    Definición de isla
  • ¿Por que Estados Unidos invadió a Cuba?

    Estados Unidos invadió a Cuba en varias ocasiones a lo largo de la historia. Una de las intervenciones más conocidas fue la Guerra Hispanoamericana en 1898, donde Estados Unidos intervino en la lucha de Cuba por su independencia de España. Las razones principales de esta intervención fueron el interés económico y estratégico de Estados Unidos en la región, así como la influencia del movimiento del Destino Manifiesto, que promovía la expansión territorial y el dominio de Estados Unidos sobre otras naciones.

    Otra intervención importante fue la ocupación de Cuba por parte de Estados Unidos entre 1906 y 1909, conocida como la "Intervención de 1906". Esta intervención se llevó a cabo debido a la inestabilidad política y social en Cuba, y Estados Unidos buscaba proteger sus intereses económicos y mantener la estabilidad en la región.

    Es importante mencionar que estas intervenciones han sido objeto de controversia y críticas, ya que se consideran violaciones a la soberanía de Cuba y una forma de imperialismo por parte de Estados Unidos.


    Sugiero leer:

    Definición de Historia del Partido Republicano
    Definición de cuba
    Definición de invadió
    Definición de independencia
    Definición de historia
Fuentes bibliográficas y más información de historia de Cuba:

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Cómo citar la definición de historia de Cuba
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