Ávila, provincia

1. Prov. española situada en la parte meridional de Castilla la Vieja, que limita con Valladolid y Segovia al N, con Madrid y Segovia al E, con Cáceres y Toledo al S y con Salamanca al O. Su extensión es 8144 km2. El terreno es llano, por lo general, en el centro y al N y forma parte de la gran llanura terciaria de la meseta del Duero; su parte meridional está recorrida por la Sierra de Gredos, en la que se alzan gigantescos y abruptos picachos, cubiertos de nieve gran parte del año, como la Plaza del Moro Almanzor (2661 m), Acucalito (2418 m), etcétera. Al N de Gredos están la Paramera, Serrota, Sierras de Avila y de Piedrahita, etc. Entre todas estas sierras aparecen fértiles hondonadas.
   
   El clima es sano, sin oscilaciones bruscas, pero muy frío en sus largos inviernos y caluroso en sus breves veranos; es templado en la vertiente meridional de Gredos y en algunos valles de la región central.
   
   Los ríos llevan sus aguas al Duero o al Tajo. El primero recibe las aguas del Voltoya, afluente del Eresma, del Adaja, que nace en la Sierrá de Ávila, Zapardiel, Trabancos y Alto Tormes. Al Tajo van el Alberche y Tiétar. Muchos de estos ríos se originan en la Sierra de Gredos, excelente centro dispersor de aguas, donde también existen lagunas de origen glaciar.
   
   A expensas del robledal y encinar han ganado extensión los pinares: pinos pinea y pináster en los suelos arenosos y pinos laricio y silvestris en las montañas.
   
   Su fauna es la propia de las tierras durienses; en la sierra son animales típicos el quebrantahuesos, una de las rapaces que señorean el ámbito de Gredos, y la famosa «Cabra Hispánica», con su fortaleza y elegancia, su recurvada y doble cornamenta, áspero pelaje y prodigiosa movilidad.
   
   En la población predomina la concentración al N y la dispersión al S. En la zona montañosa las aldeas buscan para su emplazamiento los valles, mientras que en el N los páramos quedan despoblados entre las agrupaciones húmanas. El 60 % de su población radica en núcleos rurales de menos de 2000 h. La provincia tenía en 1900 un censo de 200457 h, que ascendieron en 1950 a 253 643 con un aumento bastante rápido a partir de 1930. De los 167 015 habitantes empadronados en 2012 en la provincia, aproximadamente un tercio vive en la capital, la ciudad de Ávila. La densidad de población de la provincia, de solamente 20,75 hab./km², es muy inferior a la del promedio del estado, 92,68 hab./km².
   
   
   En esta provincia se encuentran construcciones con ladrillo en las esquinas y guarniciones de puertas y ventanas; el ladrillo suele quedar al descubierto; el resto de la fachada aparece encalado. Las casas tienen dos plantas, con gran puerta de dos hojas de arco o dintel. En algunos pueblos serranos (Guisando, El Hornillo, Poyales, El Arenal, etc.), las casas son de un extraordinario tipismo.
   
   Entre las personalidades destacadas que han tenido en Ávila su cuna figuran; Isabel la Católica, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Pedro del
   
   Barco, el Duque de Alba, Pedro Lagasca, pacificador del Perú, etcétera.
   
   Riqueza económica. Es provincia eminentemente cerealista, ganadera y forestal, con propiedad rústica muy dividida. Hay diversidad de cultivos por la extraordinaria variedad de su relieve. Entre los cereales destacan el trigo y centeno (Horcajo, Arévalo), con cuatro depósitos de la Red Nacional de Silos en Arévalo, Crespos, Fontiveros y Madrigal de las Altas Torres. Leguminosas (garbanzos y lentejas), patatas, viñedos, remolacha, frutales (almendro sobre todo), algarrobas y olivar son otros cultivos.
   
   La ganadería es la riqueza clásica en la sierra y en los llanos, donde el trazado de las cañadas de los rebaños trashumantes explica algunos aspectos fundamentales de su historia. Con la creación de praderas se ha mejorado el paisaje y dado preeminencia al ganado vacuno sobre el cabrío; hay importantes dehesas de toros de lidia y en el mercado de Madrid tiene valor preferente la carne de ternera de las Sierras de Ávila. El ganado lanar se sitúa en El Barco y Piedrahita; también se selecciona el ganado porcino.
   
   Ávila produce madera de coniferas y pequeñas cantidades de otras clases; se están repoblando las cuencas del Tiétar y del Alberche.
   
   La riqueza minera queda reducida a pequeñas cantidades de plomo y wolfram en la zona de Cebreros.
   
   La industria se limita casi exclusivamente a la transformación de los productos agrícolas y ganaderos, algunos aprovechamientos de granito, cal, yeso, toba y cemento, algunas pequeñas fábricas de ladrillo y contado número de talleres que trabajan en régimen de artesanía la cerámica basta. Entre las industrias alimenticias hay que destacar la harinera, con fábricas electrificadas y gran número de molinos; la industria aceitera, integrada por reducido número de grandes fábricas y numerosos molinos de escasa importancia. En Candeleda y Poyales existen gran número de secaderos y molinos de pimentón. Hay dos fábricas de pasta para sopa, siete de chocolate, instalaciones para la elaboración de queso de oveja y varios establecimientos de descascarado de piñones. Las principales bodegas están en la zona de Cebreros y El Tiemblo.
   
   Hacia el S están las grandes zonas transformadoras de la madera, donde tienen gran actividad las serrerías y carpinterías mecánicas, pese a la carestía de medios de transporte por escasez de la red ferroviaria. La destilación de mieras tiene 7 factorías, 4 de ellas de la Unión Resinera.
   
   Desde antiguo tienen raigambre los talleres artesanos de mantas y paños típicos. Hay dos fábricas de tejidos de algodón. Pese a la riqueza en pieles sólo existe una pequeña fábrica de curtidos y otra de calzado de tipo militar; la materia prima se exporta a Barcelona ,y Salamanca.
   
   La industria eléctrica dispone de algunas centrales de importancia: Saltos de Alberche (El Burguillo), dos de Iberduero y una de la Hidroeléctrica de Santa Teresa; que se exportan en su casi totalidad para el consumo de la RENFE a través de la subestación de Ávila.
   
   El comercio principal abastece el mercado madrileño, hasta donde llegan los productos de su ganadería: carne, leche, quesos y mantequilla.
   
   Cuenta la provincia con la carretera general Madrid-La Coruña, la de Villa castín a Vigo y otras de menor importancia. El ferrocarril Madrid-Irún por Ávila y Arévalo está electrificado hasta la capital, de donde parte un ramal a Salamanca por Peñaranda de Bra-camonte.
   
   
   Historia y arte. Los antiguos iberos dejaron en las proximidades de El Tiemblo muestras de su arte, los llamados «Toros de Guisando», labrados en granito. En la época preromana ocuparon esta zona las tribus ibéricas de los carpetanos, que han legado restos en Las Cogotas (a 14 km de la capital) y en Ulaca.
   
   Paso entre ambas Castillas, estas regiones contemplaron las expediciones de Ramiro II y más tarde fueron reconquistadas definitivamente por Alfonso VI.
   
   Toda la región respira ambiente tranquilo, conventual, que recuerda los santos y héroes que escribieron páginas gloriosas de nuestra historia; es la región representativa del misticismo español.
   
   En su aspecto monumental y turístico estas tierras encierran múltiples bellezas. Arenas de San Pedro conserva un Castillo-Palacio del siglo xv y el Monasterio de San Andrés del Monte, donde reposan los restos de su fundador San Pedro de Alcántara. El Barco de Ávila tiene restos de murallas, el castillo de Valdecorneja (siglo xvi) y su iglesia parroquial, gótica. Fontiveros, cuna de San Juan de la Cruz, tiene una hermosa iglesia de estilo de transición (siglos XII al xiv). Madrigal de las Altas Torres, donde murió Fray Luis de León, conserva unas murallas muy completas (siglo xiii al xiv), la iglesia de San Nicolás, del románico-mudéjar, y el convento de Nuestra Señora de la Gracia, donde tuvo lugar el fausto nacimiento de Isabel la Católica y que es un típico ejemplar de casa-palacio castellano. Sotalvo posee el Castillo de Aunqueospese, de romántica leyenda. En García Gutiérrez murió Alfonso VIII, el de las Navas. Arévalo, donde nació el Príncipe de Viana y murió Doña Juana la Loca, es notable por la iglesia de San Martín, de bellas torres mudéjares y pórtico románico. La Lugareja tiene una iglesia cuya fábrica de ladrillos es de planta muy singular.

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