La ciudadanía adquirida por nacimiento o después de éste, aparece determinada por las leyes de los respectivos estados. En el primer caso se obtiene por jus soli (nacimiento dentro del país) o jus sanguinis (derecho de sangre o de ascendencia). Pocos son los estados que siguen únicamente una de estas leyes; la mayoría combinan ambas, pero acentuando la preponderancia de una u otra. La ciudadanía posnatal, llamada de ordinario naturalización, es susceptible de adquirirse por matrimonio, adopción, cambio de territorio, leyes especiales o naturalización propiamente dicha. Una vez conseguida, puede perderse involuntariamente por desnaturalización o voluntariamente por expatriación.