El mayor consumo de bromo se hace en el tratamiento de la gasolina, en forma de dibromuro de etileno, C2H4Br2, añadido a la gasolina en unión de plomo tetraetilo (C2H5)4Pb. Este último eleva el índice de octano y aumenta las propiedades antidetonantes del combustible, pero su uso continuado perjudica al motor, porque en la combustión se deposita plomo metálico. Este inconveniente se salva-con el empleo de bromuro de etileno, que en la combustión libera bromo y éste forma con el plomo un compuesto volátil a la temperatura reinante en el cilindro, que es arrastrado junto con los gases de escape.
Algunos derivados orgánicos del bromo son fuertemente lacrimógenos, es decir, irritan los ojos y provocan abundante lagrimeo; entre ellos figuran la bromoacetona, BrCH2COCH3, y el cianuro de bromobencilo, BrC6H4CH2CN, utilizados en la guerra química.
El bromuro de plata, BrAg, es muy sensible a la luz y se emplea para preparar emulsiones fotográficas. Los de sodio, potasio, calcio, y amonio son sedantes del sistema nervioso, pero no deben administrarse sin vigilancia médica. Los vapores de bromo son muy irritantes para los ojos y para las vías respiratorias y respirados en gran cantidad producen la muerte. El bromo es cáustico y en contacto con la piel produce graves quemaduras de curación lenta. Los primeros socorros consisten en lavar las quemaduras con agua sola o ligeramente alcalinizada con bicarbonato; en caso de inhalación debe abrigarse al accidentado y administrarle un estimulante, como café caliente.