Por su dureza y su resistencia a la oxidación el cromo se utiliza mucho como recubrimiento protector de otros metales; su gran brillo produce además un efecto muy decorativo. En la preparación de aleaciones se consumen grandes cantidades de cromo. El nicrom, que contiene 15—25 % de cromo, 60 — 70 % de níquel y el resto de hierro y es muy resistente al calor, se emplea en la confección de resistencias eléctricas para calefacción. El acero al cromo, duro y tenaz, es una aleación de hierro con 0,5 a 1 % de cromo, 0,75 % de silicio y 0,5 a 1,25 % de manganeso. La estelita, con 16 % de cromo y adiciones de wolframio y cobalto, no se desafila a temperaturas elevadas y se utiliza para herramientas de corte rápido e instrumentos quirúrgicos. El metal allegheny muy decorativo y empleado en la construcción de edificios por su resistencia a la corrosión, contiene un 18 % de cromo y un 8 de níquel. Los aceros inoxidables llevan del 8 al 25 % de cromo y cantidades adicionales de otros elementos de aleación, para conferirles propiedades especiales.
El dicromato sódico se utiliza en el curtido de pieles y en medicina como astringente y cáustico. También se emplean diversas sales de cromo en tintorería como mordientes. El cromato de plomo o amarillo de cromo, PbCrO4, el cromato básico o rojo de cromo, Pb2OCrO4, y el óxido o verde de cromo, Cr2O3, encuentran muchas aplicaciones como pigmentos para pinturas.