(1536-1605). Papa en el periodo 1592-1605, nacido en el seno de una distinguida familia florentina. Su elevación al pontificado fue recibida con alborozo entre sus súbditos, que venían en él las cualidades intelectuales y espirituales necesarias para restaurar el prestigio del papado. Tomó a San Felipe Neri y Baronio como consejeros espirituales (v. Ba-ronio, César; Felipe Neri, San). Visitó las iglesias e instituciones religiosas de Roma corrigiendo abusos y restaurando la disciplina, implantó la devoción de las Cuarenta Horas, refrendó los decretos del Concilio Tridentino y revisó los libros litúrgicos. En sus reformas fue ayudado por San Roberto Belarmino y San Francisco de Sales (v. Francisco de Sales, San; Roberto Belarmino, San). Sus aciertos políticos fueron notables. Reconcilió a Enrique IV con la Iglesia y consiguió dos veces la paz entre España y Francia. Merced a su intercesión pudieron volver los jesuítas a Francia. Envió hombres y dinero al emperador húngaro para ayudarle a aplastar al turco. Para terminar con el bandidaje en Italia rehusó perdonar a los culpables, ni aun a Béatrice Cenci, cuyo delito consideraba claramente probado (v. Cenci, Béatrice). Durante la controversia suscitada entre jesuitas y dominicos en torno a la gracia prestó oídos a la misma, pero se mantuvo imparcial. El Jubileo de 1600 dio magnífico testimonio de la restauración del prestigio del papado.