(1431-49). Concilio general de la Iglesia Católica, celebrado en Basilea (Suiza). Fue famoso por haberse tratado en él, sin éxito, de establecer la primacía de la autoridad conciliar sobre la del Papa. Aunque el principal problema a tratar era el planteado por la herejía husita, promovida por Juan Huss, el Concilio se ocupó más de intentar introducir reformas en la Iglesia con la oposición del papa Eugenio IV, que acabó por decretar su disolución en 1437. A su vez el Concilio ordenó la destitución de Eugenio (1439) y eligió un antipapa, Félix V, lo que provocó un cisma en la Iglesia. Al fin logró imponerse Eugenio y el Concilio quedó desacreditado. Muerto el Papa (1447), sucedióle Nicolás V. Dos años más tarde abdicaba el antipapa y decretaba el Concilio su propia disolución.