Fuerza aparente que actúa sobre todas las partículas que se mueven en la superficie de la Tierra. Esta fuerza tiende a desviar hacia la derecha las partículas móviles del hemisferio septentrional y hacia la izquierda las del hemisferio meridional. Si un muchacho lanzara una pelota a un punto del espacio exterior, el observador situado en el espacio vería moverse la pelota en línea recta, mientras que el situado en tierra la vería desplazarse en una trayectoria curva. Esta desviación aparente se debe a la rotación de la Tierra. La amplitud de la desviación de una partícula que se mueve por encima de la superficie terrestre es proporcional a la velocidad de la partícula. Esta fuerza aparente es máxima en los polos y nula en el ecuador.
El efecto coriolis produce variedad de fenómenos en la naturaleza; afecta particularmente a la geología, meteorología, balística y navegación aérea. La orilla derecha de los ríos en el hemisferio septentrional sufre erosión más rápida que la izquierda, lo que origina un paulatino cambio de curso en las corrientes. Las masas de aire que se mueven del ecuador hacia el N, se desvían hacia el E. La acción de esta fuerza ha de tenerse en cuenta asimismo en balística, ya que, aunque en armas pequeñas sus efectos son despreciables, en cañones de largo alcance puede ser considerable la desviación del proyectil. También los navegantes han de tomar en consideración semejante fuerza al determinar su posición con ayuda de las estrellas. La más ligera desviación acusada por el nivel de burbuja en sus instrumentos puede significar una diferencia de varios kilómetros en la situación del barco o del avión. Véase Ferrel, Ley de.
Actualizado: 27/10/2015
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