Discreción es la capacidad de una persona para tomar decisiones sensatas y equilibradas, demostrando prudencia y buen sentido. También implica ser moderado en comportamientos y decisiones, manteniendo un equilibrio y control. Otra faceta de la discreción es la habilidad para guardar secretos, manteniendo la confidencialidad de información privada. Asimismo, implica tener agudeza e ingenio para entender situaciones complejas con rapidez mental y creatividad. Por último, "(a discreción)" indica actuar según el propio criterio, sin restricciones ni límites preestablecidos.
Esta acepción de "discreción" se refiere a la capacidad de una persona para tomar decisiones o emitir juicios de manera sensata, equilibrada y justa, demostrando prudencia y buen sentido en sus acciones y palabras.
Esta acepción destaca la habilidad de una persona para mantener confidencialidad sobre información sensible o privada que le ha sido confiada, sin revelarla a terceros sin autorización.
Es una cualidad valorada en relaciones personales y profesionales donde la confianza es fundamental.
Ejemplos de uso: "Es una amiga de gran discreción; nunca ha revelado mis secretos".
"En su rol como consejero, la discreción es una de sus virtudes más importantes".