El acero para blindaje se fabrica por laminación, forja o fundición. Su proceso no difiere del empleado para obtener cualquier otra clase de aceros. Los rasgos característicos. inherentes a un buen blindaje son la dureza y la tenacidad precisas para anular los efectos de penetración de un proyectil. Estas características se obtienen sometiendo al acero durante el proceso de fabricación a una serie de análisis químicos y tratamientos térmicos.
Aunque el blindaje de acero fundido no resiste la penetración de los proyectiles tan bien como el laminado y forjado (su eficacia respecto al mismo es de alrededor del 90 por ciento), se empleó con gran profusión en vehículos blindados durante la II Guerra Mundial, ya que a la ventaja de su más rápida producción une la de ser sumamente maleable, lo que facilita la obtención de piezas de las más variadas formas con la consiguiente economía de producción.