El propósito de la encarnación del Hijo de Dios, Jesús, es multifacético y tiene múltiples dimensiones. Algunos de los propósitos principales incluyen:
1. Revelar el carácter y la naturaleza de Dios: Jesús vino a la tierra para revelar el amor, la gracia, la misericordia y la justicia de Dios de una manera tangible y comprensible para los seres humanos.
2. Redimir a la humanidad: Jesús vino a pagar el precio por nuestros pecados a través de su muerte en la cruz. Su sacrificio nos ofrece la oportunidad de recibir el perdón de nuestros pecados y tener una relación restaurada con Dios.
3. Ser el ejemplo perfecto: Jesús vino a vivir una vida sin pecado y mostrarnos cómo vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Él es el modelo perfecto de amor, humildad, obediencia y servicio.
4. Establecer el Reino de Dios: Jesús vino a proclamar y establecer el Reino de Dios en la tierra. Su enseñanza y sus acciones revelaron los principios y valores del Reino, invitándonos a vivir de acuerdo con ellos.
5. Vencer el poder del pecado y la muerte: Jesús vino a derrotar el poder del pecado y la muerte a través de su resurrección. Su victoria nos ofrece esperanza de vida eterna y la promesa de vencer todas las dificultades y adversidades que enfrentamos en este mundo.
Estos son solo algunos de los propósitos principales de la encarnación de Jesús, y cada uno de ellos tiene implicaciones profundas en la vida y la fe de los creyentes.
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