La osificación del hueso es el proceso mediante el cual el tejido óseo se forma a partir de células precursoras del hueso.
Este proceso es esencial para el desarrollo y crecimiento de los huesos en el cuerpo humano, así como para la reparación de fracturas y lesiones óseas.
La osificación puede ser de dos tipos: intramembranosa y endocondral.
La osificación intramembranosa ocurre en huesos planos, como los del cráneo, y sucede cuando las células precursoras del hueso se agrupan y comienzan a secretar una matriz ósea que se calcifica y forma el hueso.
La osificación endocondral ocurre en huesos largos del cuerpo, como los del brazo o la pierna, y sucede cuando las células precursoras del hueso se condensan alrededor de un molde cartilaginoso y comienzan a secretar matriz ósea para reemplazar el cartílago, formando el hueso.
En resumen, la osificación del hueso es un proceso fundamental para la formación, crecimiento y reparación de los huesos en el cuerpo humano.
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