• « Se lo veía lánguido, sin espíritu ni vivacidad »
• « Cuando, en lugar de beberlo, fumamos tabaco, nos envenenamos lentamente, pero nos envenenamos. Poco a poco, sin apenas darse cuenta, el espíritu se vuelve grave, se pierde la vivacidad y la memoria, y las ideas desaparecen. »
• « No son menos graves las consecuencias del consumo de cocaína, que además de ser un anestésico local incrementa la vivacidad y produce euforia pero a la larga deteriora las vías nasales, produciendo además desnutrición y estados paranoicos. »