Definición de desiertos (regiones áridas)

1. Vasta región árida o semiárida de clima seco, donde son muy escasas las precipitaciones pluviales y muy elevado el índice de evaporación. Sin embargo, algunas regiones que no presentan totalmente estas características y sí un clima más o menos frío con alguna pluviosidad y escasa vegetación, pueden denominarse igualmente desiertos. En general, los desiertos reciben una precipitación media anual de 250 mm. Tres son los tipos principales comúnmente reconocidos: tórridos, de latitud media y fríos.
   
   Los desiertos tórridos, llamados también tropicales o de latitudes bajas, se sitúan aproximadamente entre los 15 y 30° de latitud tanto en el hemisferio boreal como en el austral. Dentro de estas latitudes se halla una zona de aire descendente y seco que impide casi por completo la formación de lluvial Los principales desiertos tórridos del mundo son los de Sahara y Kalahari, en África, el Arábigo, el Thar de Pakistán e India noroccidental, el Australiano (ver Australia), el de Atacama, en el N de Chile, y el de Sonora entre el NO de México y SO de Estados Unidos.
   
   Los desiertos de latitudes medias se localizan en el interior de las grandes masas continentales, muy distantes de los océanos, que son la fuente principal de la humedad atmosférica. Asia, el continente mayor, cuenta con los más extensos desiertos de latitudes medias, entre ellos el de Gobi. Dentro de la región occidental de América del Norte hay vastas regiones áridas situadas en la Gran Cuenca y en la Meseta del Colorado.
   
   La presencia de montañas puede acentuar la aridez de los desiertos al impedir el acceso a los vientos portadores de lluvias. De tales zonas se dice que se encuentran a sotavento de una cordillera. Los desiertos tórridos son generalmente los más áridos. Sectores hay en el Atacama que no han recibido lluvia durante muchos años y la mayor parte del Sahara recibe menos de 12,5 mm en un año normal. Las precipitaciones, aunque muy escasas e inciertas durante largos periodos de tiempo, pueden caer súbitamente en aguaceros torrenciales. De ordinario el avenamiento es rápido por la ausencia de una cubierta de vegetación espesa y los poco frecuentes aguaceros pueden ocasionar inundaciones locales. El aire del desierto es generalmente muy seco y, en consecuencia, el cielo suele estar despejado y el sol arde con brillo intenso. La falta de formaciones nubosas motiva el rápido caldeo de las tierras desérticas durante el día y su no menos veloz enfriamiento por la noche, circunstancias éstas que provocan una intensa oscilación en la temperatura diaria. Los desiertos tienden a ser ventosos y polvorientos, pues la escasa vegetación resulta insuficiente para reducir el movimiento del aire sobre la tierra o para aprisionar la materia suelta de la superficie. Los desiertos tórridos experimentan frecuentes tempestades de arena ó simunes (v. Simún). Durante el día el intenso calor de desiertos como el Sahara crea una especie de bruma característica, que, contemplada a distancia, puede originar espejismos. Véase Espejismo.
   
   Las tierras desérticas, que presentan notables diferencias con las regiones húmedas, se caracterizan por la angularidad que resulta de la disgregación relativamente lenta de las rocas, la escasa vegetación y la falta de protección vegetal contra la erosión, incluida la originada por la violencia de los poco comunes aguaceros. La erosión y deposición eólicas contribuyen fundamentalmente a conformar la superficie del desierto, constituida principalmente de roca desnuda, fragmentos de roca y arena. Los desiertos arenosos, conocidos por «areg» (plural del árabe erg), ofrecen como característica la presencia de montículos de arena, dunas, que cambian constantemente de forma y lugar por la acción de los vientos. En las raras ¿pocas de fuertes lluvias torrenciales se forman torrentes tumultuosos, denominados arroyos o uadis, que corren encajonados entre escarpadas orillas. Estos Uadis se dirigen no al mar, sino a algún chott, o depresión de desagüe interior, donde el agua desaparece por evaporación o filtración dejando a veces en el centro de la hondonada verdaderas salinas o lagunas saladas. Estas regiones son completamente estériles, pero susceptibles de explotación económica por sus valiosas sales. Unos pocos ríos que nacen en las regiones húmedas poseen caudal suficiente para cruzar los desiertos y llegar hasta el mar. Ejemplos notables son el Nilo, el Tigris-Éufrates, el Indo y el Colorado.
   
   Los desiertos enteramente desprovistos de vegetación son raros. La mayoría de ellos alimentan cierta flora adaptada a la sequedad del medio. Algunas plantas del desierto pueden resistir largas sequías gracias al agua almacenada en sus gruesos tallos y hojas. Las hojas son generalmente muy pequeñas y están protegidas de forma que reduzcan al mínimo las pérdidas causadas por la transpiración. La vegetación desértica está compuesta de plantas xerofíticas, generalmente bajas, de raíces bien desarrolladas. Típicos de los desiertos son el cacto, la yuca, biznaga y artemisa. Algunas plantas prosperan en terrenos muy alcalinos. Los animales suelen ser pequeños, pero sorprendentemente numerosos, particularmente los reptiles. Verdaderos animales del desierto son el camello, gacela, conejo del desierto, rata canguro y zorra del desierto.
   
   Los desiertos fríos o tundras se encuentran en las regiones árticas de Norteamérica, Europa y Asia. En cualquier latitud de gran elevación pueden darse condiciones climáticas semejantes a las de los desiertos fríos, que difieren profundamente de los tórridos o de latitud media. Estrictamente hablando los desiertos fríos son regiones húmedas, pues aunque sólo reciben escasas precipitaciones, el frío reduce notablemente las pérdidas por evaporación. Sin embargó, la humedad presente en estas regiones no suele beneficiar el desarrollo de su flora y fauna por causa de las bajas temperaturas. La escasa vegetación consiste en formaciones de bajo crecimiento, particularmente juncias, musgos y líquenes. Entre los animales comunes figuran la liebre, zorra y lobo árticos, el lemming, el caribú y el carnero almizclero.
   
   Si se exceptúan las regiones cubiertas de nieves y hielos perpetuos, los desiertos constituyen las regiones menos propicias de la tierra para la vida humana.
   
   Su aridez natural los incapacita para mantener una población densa. La mayoría de los desiertos, caso de que realmente se utilicen como fuente de sostenimiento humano, se dedican al pastoreo extensivo, generalmente de tipo nómada. No obstante, si existe posibilidad de aplicar el regadío, los desiertos tórridos y de latitudes medias pueden transformarse en zonas extraordinariamente ubérrimas (v. Imperial, Valle) hasta tal punto que algunas de las poblaciones agrícolas más densas se localizan en oasis. Véase Arabia o Península Arábiga; Atacama; Camello; Colorado, Desierto del; Gobi, Desierto de; Gran Desierto Americano; Kalahari, Desierto del; Oasis; Sahara; Sonora, Desierto de; Thar; Tundra.

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